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—Narradora—
Todos se sorprendieron al enterarse de que Lolito y Luzu habían comenzado a salir. Parecía que entre ambos ya no había rencor alguno desde que hicieron las pases pues su relación no había sido buena desde las elecciones, y claro que era causa de alegría para el pueblo. El alcalde y el castaño se veían tan felices juntos, casi inseparables dirían algunos.
Algunos habían intentado separarles pero parecían simples adolescentes enamorados queriendo durar con su relación amorosa por el resto de sus vidas, demostrando ser una pareja fuerte y claro que lo eran.
Otra tarde como cualquiera Lolito regresaba a casa, un poco cansado pues su trabajo le dejaba bastante agotado por todo el esfuerzo que le exigía. Y, como todas las tardes, Luzu le esperaba ansioso en el living.
El escuchar la puerta siendo abierta por el mayor le emocionó, alzó su vista encontrándose con el pelinaranja y se acercó a éste para abrazarle, el de ojos verdes correspondió sonriente.
— ¿Qué tal tu día, sweetie?— Preguntó el castaño, dejando de abrazar al más alto para dejarlo pasar.
— Pues ya sabes, un poco cansado pero tú me das energía suficiente para seguir aquí— se dieron un corto pero dulce beso.
Después de unos minutos ambos se encontraban cenando, con tranquilidad, hablando de diferentes temas que se les ocurriera.
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La habitación era sólo alumbrada por la luz de la luna la cual se colaba por las persianas, los chicos parecían dormir tranquilamente.
Se abrazaba pues les gustaba sentir el calor del otro, además de que les servía para acurrucarse mejor.
Su sueño tranquilo fue interrumpido por un terrible estallido cerca del hogar, poniendo a ambos en alerta y confusos a la vez. Se levantaron de la cama, Lolito tomó la mano de Luzu y ambos comenzaron a buscar la salida. Entre la oscuridad otro estallido se escuchó, comenzó a haber bastante polvo en el hogar haciendo más difícil la labor de huir.
Era más que obvio, estaban en medio de un atentado terrible contra ambos. La casa comenzaba a caerse mientras más minas o TNT explotaba. La salida estaba cerca pero ellos no lo sabían, parecían estar cada vez más lejos. Entonces el pelinaranja soltó la mano del castaño al poder ver una leve luz, corrió hacia ella logrando salir entre escombros y Luzu habría hecho lo mismo de no ser por varios escombros que cayeron sobre él, haciéndole caer con varias heridas.
Se sentía más débil con el paso del tiempo, gritó intentando que Lolito le oyera y fuera por él. Porque lo amaba y confiaba en que llegaría.
Gritó hasta lastimarse la garganta, su casa ya estaba destruida y él estaba atrapado. Varias lágrimas estaban en sus mejillas, la sangre escurría manchando todo a su paso.
Finalmente se rindió, sollozó con la poca fuerza que le quedaba. Estaba esperando a que aquel momento terminara pronto, que pudiera morir para acabar con el terrible dolor físico que tenía.
¿Puedes escucharme?
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