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No podía recordar la última vez que lo vio, que lo abrazó, que lo besó, que le dijo un te amo tan sincero. Cuando sintió esa emoción por ver al azabache, como si fuera la primera vez que lo veía.
Se había ido y por más que sabía la razón no quería aceptarlo. Le dolía, le dolía mucho. Pero seguía ahí, con el resto de sus compañeros y así olvidar un poco la situación.
Aunque los abrazos que sus amigos le ofrecían no eran iguales que los abrazos que él le dio.
Siguió sonriendo cada vez que veía al resto. Se sentía tan triste se tener que mentir de esa forma.
" Lo he superado " les aseguraba a todos pero sabía muy bien que no era así. Aquella herida no sanaba aún.
Sus sonrisas, sus ojos llenos de ilusión, su risa tan característica... Ya no eran las mismas desde que él no estaba.
Entonces prefería irse alejando, no quería seguir fingiendo pues comenzaba a hacerle daño. Desde que personas nuevas habían llegado sí hablaba con ellos pero por más que Luzu o Vegetta le decían que lo superara, que lo dejara ir y conociera a alguien más... Era como si Frank estuviera aún con él, a pesar de ya no ser así.
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Se había dado la oportunidad de iniciar de nuevo. Trabajando como policía.
Tal vez era algo peligroso sabiendo los tantos problemas que hay en Karmaland a diario pero le gustaba y le servía para distraerse.
Había comenzado a conocer a más personas. Había hecho nuevos amigos y se reencontró con otros. Aunque claro, cuando llegaba el final del día y debía volver a su solitaria casa todos los recuerdos llegaban a su mente, todo ese dolor que había olvidado por horas volvía con más intensidad.
