El era fuego, ella era hielo. Nada salió como había sido planeado y la perdición pronto llegó, dañando a todo aquel que se cruzará en su camino. El fuego y el hielo.
Cuándo juegas con el fuego, te quemas. Dos personas totalmente diferentes han sido juntadas por el destino, aunque el destino está jugando con los dos, nada bueno les espera a Inés Tompson y Nicolás Praedo ¿Por qué la vida jugará con ellos como títeres? ¿Serán capaces de salvarse entre ellos dos?
Nicolás no tiene una vida sencilla y tranquila y cualquier persona que haya vivido para contarlo lo sabe, todo lo que toca lo quema, hijo de los ladrones armados más famosos de Alemania. Había crecido entre maltrato y agresividad dándole a entender que ese comportamiento era correcto. Inés tampoco tenía la vida color rosa, sus padres habían muerto cuando aún ella era apenas una adolescente, por lo que se vio obligada a madurar de la noche a la mañana, se había convertido en una persona fría y rota, con miedo a abrirse a nuevas personas aunque muy escondido aún residía en ella esa chica preocupada y especial.
Una mirada, una ayuda, una confusión, una guerrera... Los dos se verán envueltos en una montaña rusa de peligros de la cuál solo saldrán juntos si se esfuerzan a sus mayores miedos.
Aunque no todas las historias tienen un "comieron perdices y fueron felices."
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Información de la historia.
Esta ambientada en el S.XX, los lugares son de Europa (Alemania, España, Galicia) ambos personajes tienen veintiun años y están inspirados en varias personas reales de mi entorno, hay situaciones que pueden ser irreales o muy especificas, se hablara de drogas, depresión, trastornos alimenticos y temas delicados para menores de catorce o quince años o personas sensibles, cualquier similitud con casos de la vida real es pura coincidencia. El libro está escrito con la intención de hacer saber que no todo es perfecto y que no todas las historias tiene un final feliz. Asique, una vez leído esto puedes continuar.
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Praedo, cuando se juega con fuego, te quemas.
Dla nastolatkówEl era fuego, ella era hielo. Nada salió como había sido planeado y la perdición pronto llegó, dañando a todo aquel que se cruzará en su camino. El fuego y el hielo nunca se juntan, porque cuando se juega con el fuego, te quemas.
