Prólogo

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Matar. Darle fin a una vida, cometer homicidio, cortar una vida. Llámale como quieras, al fin y al cabo es lo mismo. La gran duda es ¿Por qué los humanos matan? ¿Alguna necesidad? ¿Diversión? ¿Satisfacción?

Entiendo que los animales matan para sobrevivir, es su instinto y deben seguir la cadena de la vida. Ellos lo hacen por supervivencia ¿Y los humanos? Según dicen que pueden ser múltiples factores, depende del modo de vida que han llevado, pero ¿En verdad es cierto? Al ser seres humanos tenemos una mayor inteligencia, claro, no estoy despreciando a los animales, pues hasta creo que ellos se comportan mejor que nosotros.

¿Por qué matarnos unos a otros? ¿Poder? ¿Dinero? ¿lujos? Por favor, es la peor excusa que puedes usar para matar. Eso solo es una vil capa. Somos más inteligentes ¿no? Podemos usar nuestro cerebro y hacer grandes cosas ¿Por qué matar a nuestra misma raza? ¿Por qué autodestruirnos? Aquellos solo deja que entren más y más dudas.

Este mundo es un ciclo; naces, creces, reproduces y mueres, el ciclo de vida. ¿Por qué tener miedo a ello? ¿Temor a la muerte? Si me lo preguntas, es el temor más estúpido. ¿Por qué temerle a lo inevitable? No somos inmortales: 155, 520 personas mueren cada día, es tan normal como respirar. Es un orden natural y a muchos le aterra aquello, pero ¿Qué tiene de malo? ¿Por qué aferrarse a una vida?

Por el simple hecho de que existen los lazos a través de todo nuestro crecimiento, por el mismo hecho de que tenemos emociones y sentimientos que todos los humanos poseen.

Muchos alardean que no tienen emociones. Dejame aclarar que todos las tenemos, lastimosamente. Es algo inevitable y que por mucho que trates de esconder, es parte de ti y no lo puedes evitar. Por algo somos humanos, por algo no nos parecemos de todo a los animales, pero cada vez pienso que nos parecemos más a ellos. Las emociones muchas veces nos controlan, te puede pasar mucho o hasta solo una vez, pero siempre pasa. No somos como los animales que se dejan llevar por sus instintos, pero somos humanos y nos dejamos llevar por las emociones y sentimientos que tenemos.

El ser humano puede ser muchas cosas y en esas incluye ser su propio salvador, como su propio destructor...

Su trabajo era el ser la muerte, una gran responsabilidad para lo que fue creado. Había visto millones y millones de vidas perecer, no era su culpa, él solo hacía su trabajo. Tantas vidas que el mismo había llevado a su destrucción como a su salvación que simplemente era tan estresante y monotono.

Por eso, cuando vio a aquellos ojos tan vivos; con un brillo tan especial y con una audacia digna de un gran y noble caballero, su lado curioso y muy consternado salió a la luz. Lo que era tan ironico, pues él nació de una sombra y vivió en sombras demasiado tiempo para poder contar.

Pero aquel chico era tan especial, y lo descubrio al ver en sus ojos ningun signo de miedo o algo parecido al temor.

-¿A qué le temes?

-¿Por qué debería decirte?

-Le temes a la muerte --No fue una pregunta.

Él solo sonrió

-¿Por qué debería temerle a mi salvador?

Cada uno con una mirada que significaba diferentes cosas; uno con ojos llenos de sorpresa, curiosidad... y deseo; por otro lado habían un par de ojos con un brillo peculiar pero al mirar detenidamente, un gran abismo se podría apreciar en lo más profundo de su ser. No había dudas y lo más impresionante... no había temor.

Aquellos dos, sonriendo por diferentes razones, pero sin darse cuenta que dos puertas se habían abierto. La perdición o la salvación ¿Estas list@?

¿Empezamos?

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⏰ Última actualización: Jun 17, 2021 ⏰

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