- ¡El amor es una porquería! – unos fuertes gritos invadieron la azotea de aquel edificio. El frio viento, que envolvía la ciudad, amortiguo el resonar de aquellas palabras, evitando que se extendieran más allá de los horizontes del lugar – yo no volveré a confiar en el amor. ¡Nunca! – grito furioso al vacío, las lágrimas seguían haciendo recorrido por sus rojizas mejillas. Había perdido la noción del tiempo ¿hace cuánto que lloraba? No lo recordaba y, sinceramente, poco le interesaba saberlo.
Su novio, la persona que amaba, aquel que él pensó que lo amaba con la misma intensidad, esa rata cruel y vil, solo estuvo jugando con sus sentimientos todo ese tiempo. Dos años. Fueron dos malditos años desperdiciados con un canalla. Las lágrimas incrementaron, escapando de sus ojos sin control. Intentó calmarse, enserio lo intentaba. Pero aquello dolía demasiado.
El sonido de su celular atrajo su atención. Intentó torpemente limpiarse el rostro para ver al remitente. Seokjin. Dudó en responder por unos segundos hasta que se decidió a hacerlo – Dime hyung – contestó, su voz sonando un poco quebrada. Trago saliva, rogando porque su hermano no lo haya notado.- ¿Tae, estas llorando? – preguntaron del otro lado de la línea. Seokjin solía ser muy intuitivo, para su mala suerte. Suspiro pesadamente, no quería preocupar a su hermano, además, no era partidario de mostrarse débil ante las demás personas - ¿Tae?
- No, como crees. Estoy bien hyung, ya voy a casa – respondió, al fin. Pudo oír el suspiro que se emitió del otro lado. Pensó que su hermano le reprendería, aclarándole que el no era ningún tonto como para que intente engañarle. Alejó el celular por precaución, mas solo recibió un de acuerdo, te espero de su parte.
Observo su celular por unos instantes, sintiéndose extrañado y culpable por preocupar a su hermano de esa manera. Sabía que Seokjin no le había creído nada de lo que dijo, sin embargo, agradecía que no le preguntara nada en esos momentos.
Apago el móvil y alzo la vista por última vez, admirando la belleza de la ciudad. Tal vez el edificio no era tan alto, pero al menos podía apreciar parte de las tenues luces que bañaban la ciudad. Cerró los ojos intentando calmarse un poco, controlando su respiración. No valía la pena llorar por un idiota como Bogum. Que se pudra Bogum. Todo iba a mejorar, había cosas más importantes en las que pensar y hacer. Sí, así es. Tras un corto suspiro volvió a abrir los ojos, percatándose que una nube negra cubría la ciudad.
- ¡Maldición! – la idea de mojarse en esos momentos, definitivamente, no era una de las otras cosas mejores que hacer. Mal momento para no vestir prendas que abriguen.ᛲ🌸ᛲ🌸ᛲ🌸ᛲ🌸ᛲ
- ¿Tú me amas Jungkookie? – pregunto la hermosa castaña que caminaba al lado de su novio.
Jungkook se detuvo, observando a su novia por unos segundos.EunBi era hermosa, de eso no había duda. Su cabello largo y lacio de un color marrón claro resaltaba su risueña mirada. Su sonrisa era encantadora. Cualquier chico podría enamorarse de ella. Sin dudarlo. Lo que más le gustaba eran sus pequeñas manos, las cuales encajaban tan bien con la suya. Eran buenos amigos y ahora, también, eran novios.
EunBi se le había confesado de repente un día, sorprendiendo al pelinegro.Los alumnos habían vuelto a sus aulas, dejando el patio completamente deshabitado, el timbre había sonado advirtiendo que era hora de volver a clases. Giro hacia su costado, mirando de un lado a otro, buscando a su mejor amigo, al cual logro ver por una fracción de segundos antes de desaparecer por la esquina que daba hacia los lavados. "Vaya amigo" pensó moviendo su cabeza a modo de negación. Alzo la mirada lo más rápido que pudo al recordar por qué se sentía tan nervioso desde el principio.
Ahí estaba ella, sus ojos se reencontraron por unos segundos interminables. Para Jungkook aquella jovencita, que lucía unos ojillos brillantes como si fuese a llorar en cualquier momento, mejillas sonrojadas y unas manos temblorosas con las cuales lo sujetaba levemente de su chaqueta, era la persona más bella que conocía.
Hwang Eun Bi. Una chica loca y atrevida, casi siempre paraba riendo de cualquier cosa que le dijeran. Era difícil entablar una conversación seria con aquella muchacha ya que, como de costumbre, tergiversaba las palabras. Aquella ocasión fue diferente. EunBi estaba nerviosa y el silencio del pelinegro desvanecían sus esperanzas de que él la aceptara. Retrocedió unos pasos intentando huir de una posible negación pero las manos de Jungkook sujetaron las suyas atrayéndola hacia su cuerpo, soltando en un susurro en su oreja un "Claro que quiero, también me gustas."

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Get away
Short StoryKim Taehyung y Jeon Jungkook se conocen en un autobús, en un día de lluvia. Tal vez no fue un encuentro de ensueño, pero si uno que dará un nuevo sentido a sus vida. Uno ya no cree en el amor. El otro... ya está enamorado. Sin embargo, cruzarse en...