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Seis años de relación con alguien no es algo sencillo, básicamente toda tu familia ya te ve con esa persona por el resto de tu vida, por lo menos mi familia es así. 

Conocí a Frank en mi primer año de la universidad, donde tuvimos nuestra clase juntos, el cual ambos reprobamos y volvimos a cursar. 

Haciendo un resumen, a finales de ese mismo año me pidió que fuera su novia a lo que accedí; pasamos toda la universidad juntos e inclusive trabajamos en la tesis juntos. 

¿Muy goals cierto? En ese tiempo así lo creí. 

Seis años, pasaron seis años y debo decir que tuve varias de mis primeras veces con el. 

Los primeros tres años fueron hermosos, no puedo negarlo; fueron los tres años siguientes los que cambiaron todo. 

¿Una palabra? Monotonía.

Teníamos una rutina. La Universidad, su casa, videojuegos, jugar con su sobrina, mi casa. Tres veces a la semana. 

Siempre trataba de llevar ya sea algún juego de mesa o ir a algún lugar diferente ¡al principio funcionaba! Luego volvíamos a la rutina. 

De vez en cuando y lo admito, hubo varias veces en que le dije "Démonos un tiempo"

¿Qué me respondía? "¿Y tirar todos estos años al caño?" Simplemente no le podía decir 'si' de manera fácil, en esos tiempos era demasiado condescendiente. 

Era así como pasamos los tres años siguientes.

Cabe mencionar que la ultima gota que colmó el vaso fue que siempre ponía una excusa para buscar algún trabajo, tenía que tomar las clases de inglés para graduarse, terminar la tesis, culminar el curso de inglés...

Mientras tanto yo obtuve tres empleos a lo largo de toda la carrera.

Pero no todo fue negativo, puedo decir que gracias a el conocí el maravilloso mundo de los videojuegos (llegué a ser mejor que el en Super Smash Bros y siempre le recalcaba que la alumna había superado al maestro); supe lo que era ver crecer a una maravillosa niña, sus primeros pasos, primeras palabras, ¡Su primer día de colegio!, inolvidable. Puedo decir que prácticamente me había convertido en un miembro mas de la familia. 

Todo hasta que empecé el curso de Mesero-Bartender, seis años después, justamente un día antes de mi graduación. 

Y fue ahí donde George apareció. 


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