Deidad

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Como duerme la chispa en el guijarro
y la estatua en el barro,
en ti duerme la divinidad.
Tan sólo en un dolor constante y fuerte
al choque, brota de la piedra inerte
el relámpago de la deidad.

No te quejes, por tanto, del destino,
pues lo que en tu interior hay de divino
sólo surge merced a él.
Soporta, si es posible, sonriendo,
la vida que el artista va esculpiendo,
el duro choque del cincel.

¿Qué importan para ti las horas malas,
si cada hora en tus nacientes alas
pone una pluma bella más?
Ya verás al cóndor en plena altura,
ya verás concluida la escultura,
ya verás, alma, ya verás...

- Amado Nervo

En un río latente de tristeza
te encuentras
durmiendo apasigüemente,
ahí descubrí tu deidad,
ahí descubrí mi deidad.
Dolor con disfraz superfluo
al amarte en agonía,
ya no existe.

Aquí estoy ¡Oh destino cruel!
Sabiamente,
me has guíado en la tiniebla.
Brota tristeza que,
con gran valía me regalas vida.

Con la espada en el pecho
inerte al dolor,
sonrió con gran gozo a esta,
una prueba exquicita llamada vida.

No os preocupéis,
la artífice de mi tiempo,
mismo que persiste ha llegado.
El tiempo es vano,
yo lo construyo.
Aún me falta pluma
pero
a mi corta edad, volar dejo de ser
un complejo sopor.

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