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Simples palabras.

Hermoso.

Todo lo que veía a su alrededor formaba un helado y lindo paisaje, la nieve estaba por todas partes cayendo lentamente al compás de una armonía inexistente pero relajante.  Poco a poco su mirada dio la vuelta para verlo, se encontraba con las tablas de esquí en la mano mientras que con la otra me ofrecía unos guantes y gafas de protección.

—Por ahí está el lugar para comenzar, ponte las cosas y vamos. 

Una preciosa sonrisa se posicionó en su rostro abultando sus tiernas mejillas, dándole una característica imagen infantil al chico, era algo típico de él.
Estaban con todo lo necesario para poder esquiar y lo único que faltaba era llegar hasta lo más alto de la montaña para bajar con rapidez. 

—¿Y si apostamos?

El más pequeño le miro con confusión para luego botar una pequeña risa divertida, a su mejor amigo le gustaban mucho los retos y aunque Tae no era tan bueno para esquiar siempre intentaba hacerlo lo mejor que podía.

—No vamos a hacer una carrera ¿Que pasa si te me pierdes? tus padres me matarían.

Un puchero apareció para luego aceptar lo que decía, después de todo el mayor era el experimentado y no él. Aunque sabía lo básico algunas veces se podía caer.

—Bueno vamos, no habrá carrera.

A pasos lentos comenzaron a caminar hasta la cima para llegar al lugar en la cual la gente comenzaba a bajar la montaña. Desde la altura todo se veía tan pequeño y a la vez tan lejano. 

— Bueno ahora si vamos Tae, voy a estar a tu atrás por si te caes.

Gruñó bajo ante el comentario de JiMin, le demostraría que ahora si podía resistir hasta el final sin caerse.

—No me voy a caer, te lo demostraré.

Con decisión se posiciono sobre las tablas, se colocó los lentes y agarro con algo de fuerza los bastones.

–Vas a ver te voy a de-

"¿Hola?"

Se quedó mudo, una pequeña voz había sonado a lo lejos pareciendo salir de ese inmenso y lejando bosque que de cierta forma aterraba a quién se atreviera en poner un pié entre la maleza. ¿Es un niño? el tono infantil con la que se había escuchado esas palabras habían podido confirmar algo de sus dudas.

¿No estaba alucinando? ¿Esto se llama mal de montaña? ¿Acaso se volvió loco?

–¿Tae? ¿Sucede algo?

La voz de su amigo lo distrajo, volviendo a su realidad. Seguramente no haber dormido mucho lo había hecho mal.

–Nada, no es nada. Vamos.

Y sin más se fueron, dejando la reciente confusión del pelirojo en nada.

"¿Hola?" "¿Hay alguien ahí?"

Winter BoyWhere stories live. Discover now