I'm Broken | OS Yoonmin.

I can't be fixed.

Todo comenzó un viernes en la tarde. Un trabajador de la sala de fiestas había comenzado a hacerme mantenimiento. Arreglando aquel botón que, si oprimías, rápidamente regalaba helado, aunque, ni siquiera funciono. Nadie sabía el error de aquel botón, pues siempre intentaban arreglarlo, jamás teniendo éxito.

"Es una fiesta para un niño, los demás animatrónicos estarán en función, así que solamente tenemos a Baby J. ¿Arreglaste el error, NamJoon? "

Escuche atentamente la conversación de aquellos dos trabajadores, sintiéndome curioso por oír que alguien vendría a escuchar mis melodías. Completamente emocionado por saber el nombre de aquellos niños. ¿Serán los mismos? ¿Serán nuevos? Las dudas comenzaban a invadirme, sin embargo, tenía que mantenerme quieto. Pues los humanos podrían verme y mandarme al centro de restauración de nuevo.

Horas pasaron y la habitación se lleno de globos, mesas y niños. Los niños se correteaban por la pequeña habitación, saliendo y entrando con rapidez. A veces solo había dos, luego tres, luego dos, después tres, luego dos y, por último, ninguno. Siempre jugando en grupo, nunca solos. La habitación se lleno con mi dulce voz, moviéndome de un lado a otro, llamando la atención de algunos, asustando a otros.

"¡Vamos papá! Solo quiero verlo un rato, su voz es realmente linda y relajante. ¡Además es muy bonito y está lleno de brillo! "

Mi cabeza se giro hacía aquella voz, aunque rápidamente me gire hacía otro lado, pues podrían descubrirme. La voz venía fuera de la habitación, un dulce niño charlando con su padre, quejándose por venir a verme. ¿Realmente quería verme? ¿Soy bonito? La música volvió a sonar, continúe cantando. Mirando como nuevamente los niños entraban y salían. Dos, tres, cuatro, dos, uno. Ahora solo había uno frente a mí. Sus ojos eran obscuros y pequeños, su flequillo estaba algo largo y su piel era terriblemente pálida.

"Shhh, no le digas a papá que estoy aquí. Realmente quería verte ¡Me encanta como cantas y hueles muy bonito! Por cierto, soy Yoongi, Min Yoongi. "

Sus mejillas eran rojas, sus labios eran finos y su cuerpo era esquelético. La puerta de mi estomago se abrió, dejando a la vista un delicioso helado de vainilla, solo para él. ¿Qué no estaba roto? La verdad no me importo, pues él parecía feliz.

"¡Wow! ¿Tu mismo lo hiciste? ¡Es delicioso!"

Grito emocionado. Aunque mire como su sonrisa desaparecía al escuchar la voz de su padre, llamándolo, diciéndole que se irían a casa. Me dedico una dulce sonrisa, moviendo su mano de un lado a otro, despidiéndose y caminando hacía la salida. ¿Por qué? No me dejes, Yoongi. Fuiste el único que me ha puesto atención en éste horrible lugar. Él único que valoro mi voz, mi brillo, mi cuerpo. No te dejaré ir, porque tú, ahora eres mío.

"¿Qué está- ¡Aaaah!"

Gritaste, pero nadie más te escucho. Te encerré dentro de mi cuerpo, llorabas por salir, pidiendo ayuda a los niños que corrían por la habitación. Tu padre entro, sin embargo, el ruido de los niños y mis canciones, le hicieron irse. Eres mío Yoongi, no te dejaré ir, tú me das vida y eres mi primer amor.

Fue mi primer y último día en el escenario, fue un maravilloso día. Justo después de tu desaparición, tu padre me mando a restauración, reparando, reparando y reparando el mismo error de aquel botón. Después de años, aún puedo escucharte. Encerrado, llorando, desgarrando tu dulce voz, queriendo salir, huir de mí.