Ciencia artística

VIII: La ciencia y el arte

Dawkins despierta el día después de tener un regular día anterior: la buena por pasar tiempo con su hermana la pintora, y la mala era por la discusión que tuvo con Destiny por el mismo problema que estaba harto de reiterar la misma respuesta. Estirándose el cuerpo al levantarse de su cama para comenzar otro día con energía y entusiasmo. Creyendo que el único aliviador de estrés que despeja los problemas de cada día era pasar tiempo con su hermana Da Vinci pintando o conversando temas de interés. Sin saber la hora que se encontraba baja por las escaleras con un desvelo en sus ojos: cansado al pensar de ser una hora temprana en ese momento. Al bajar hasta el comedor de la cocina notó el lugar muy solitario, con tazones usados y sucios en el comedor. Titubeando encontrando la respuesta que si la familia se levantó más temprano o se levantó tarde. Investigó por todo el hogar, hasta el mínimo rincón de las habitaciones y la sala. Al no encontrar ni un rastro de huella fresca comenzó a preocuparse y dudar mucho de donde se encontrarían.

Al no tener otro acto que hacer tomó su tazón de comida y lo llenó de croquetas para desayunar pacíficamente. El silencio total en el comedor lo incomodaba mucho porque estaba acostumbrado a los ruidos y escándalos de sus hermanos menores y hasta los dos mayores que tiene. El silencio le daba más espacio mental para pensar en inventos nuevos o retroalimentar personalmente de los libros de ciencia que ha leído durante todo el mes. Una voz interrumpe sus pensamientos sacándolo hasta el tiempo real, deteniéndose de comer. Al dar media vuelta vio a Da Vinci parada entre el marco de la puerta. La cachorra se acercó al dálmata para comentarle que la familia salió del hogar hacia el parque incluyendo los padres por tener el día libre.

-¿Y porque tan temprano? -inquirió Dawkins que confundido estaba.

-¿Temprano?, ¿Ya viste la hora? Son las once de la mañana, ya es tarde -replicó la cachorra.

-Con razón tan solitario el lugar. ¿Pero porqué te quedaste aquí y no fuiste a divertirte?

-Me rehúse a salir porque aún no despertabas. Mis papás aceptaron mi decisión para por lo menos darte una vigilada -dijo guiñando el ojo.

-Gracias, ¿Pero que haremos ahora?

-No se, hagamos algo lo mientras que la familia está afuera hasta que lleguen. Supongo hasta el anochecer.

-Está bien, todo sea para pasar tiempo con mi hermana.

Dawkins le sede un tazón con croquetas para que desayunara junto a él. Da Vinci lo aceptó sin problemas ya que no ha desayunado por esperar a su hermano que se despertara y comer juntos. Para que el silencio no fuese una compañía muy incómoda para los cachorros comenzaron con pequeños temas acerca de ciencia o de arte que puedan ser interesantes para ambos. No duraría mucho por haber terminado de desayudar rápido por poder pasar tiempo como buenos hermanos.

Ambos dálmatas se fueron al ático por ser un lugar más espacioso y tranquilo para divertirse un rato; y comenzaron a hacer actividades juntos con poder perder el tiempo y no aburrirse constantemente. Comenzaban a realizar pequeñas obras de arte con lienzos en blanco para empezar. Salpicaron pintura con las patas y dieron pinceladas, divirtiéndose a jugar con su imaginación, dando demasiadas carcajadas por chistes o pequeñas torpezas que hacían al propósito. Se salpicaban pintura entre los dos por juego, dando en su pelaje blanco una explosión de colores.

La obra que terminaron al final los dejaron agotados, que por la fatiga no daban una carcajada más aunque el chiste sea el más mínimo de gracia. El cachorro que con cansancio estaba se recargó a una pared de la habitación, sentado intentando recuperar el aliento después de un esforzado trabajo con su hermana Da Vinci. Al ver el trabajo terminado se sorprendió por el resultado: era algo inesperado que de lo que esperaba realmente. Mientras la cachorra visualizaba la obra para ver los detalles sobrantes a la obra. Al darle como concluido se acercó a su hermano sentándose a su lado con cansancio por el forzoso trabajo que lograron terminar.