Tormenta

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La única luz que ilumina mi vida es el imperceptible destello que entra por mi ventana cada vez que cae un rayo,
El sonido que lo prosigue suena profundo, puedo sentir como hace temblar el suelo, mi cama y especialmente mi corazón.
La tormenta está en su cénit, el ruido apagado de fracciones de agua contra lata hace que la calma de la noche tome un ritmo más constante, más consciente y sobre todo, más vivo.
Todo ha cambiado, lo que otrora eran momentos llenos de felicidad hoy se convierte en simples recuerdos que la lluvia de mis ojos se ha llevado con el tiempo.
Las noches ya no tienen luna que me haga compañía, solo el cielo roto que reposa sobre mi cabeza y que me augura el presagio de que los días grises no se irán pronto.
Jamás pensé que la emoción más colorida en el espectro de mi alma fuera el gris azulado de la nublosa tristeza.
Tampoco pensé que mi mayor cualidad no sería ni cómico ni lógico, sino más bien melancólico.
Las mariposas de mi estómago ya murieron, las nubes sobre las que vivía se han despejado y hasta mi piel de gallina ganó coraje.
Ahora sólo queda un cascarón vacío, atascado en la rutina de preocuparse por todo el mundo sin pensar que quizás su mayor motivo de preocupación sea el mismo.
Pero que se le va a hacer, hace tiempo mi suerte se agotó y al igual que aquellos rayos que rompen la noche...
Ninguno cae 2 veces en el mismo sitio...

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⏰ Última actualización: Feb 05, 2020 ⏰

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