Prólogo

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A ella no le importaba ser diferente. Él quería mantener su faceta de chico perfecto. Ambos eran polos opuestos. Dicen que estos se atraen, pero nadie sabe si es bueno o malo.

— Rob, —pronunció su nombre en un tono que jamás había oído en ella. Giró su cabeza para mirarle directamente en espera de que acabase la frase. — ¿Porque estás conmigo?

El chico a su lado se quedó de piedra. Realmente no se había cuestionado nunca esa pregunta y, aunque muy dentro de si tenía claro el porqué, no supo responder.

—¿Por qué no? — dijo devolviendo la vista al frente.

— Esa no es una respuesta valida. —

De reojo, Robert juró ver que la chica hacía un puchero. Una risa silenciosa salió de boca de él y respondió:

— ¿Cuál es una respuesta valida? —

— La verdad, supongo — Respondió Diane con la mirada perdida.

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