14. Lindo

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La noche comenzaba a caer sobre las calles, honestamente no sentí que pasaramos tanto tiempo con la chica.

De un momento a otro solo mi cabeza cayó ligeramente, fueron unos segundos pero JiMin lo notó.

—¿Estas cansado?—.

—La verdad si. ¿Te parece si buscamos un hotel?—.

—Si, claro que si—.

No tardamos en encontrar uno.
El se veía aturdido y pensativo, yo solo pensaba en dormir. Y claro en hacerlo sentir mejor.

Nos registré y nos llevaron a la habitación. JiMin solo se sento en la cama a un lado de la ventana. Yo me puse a un lado suyo.

Suspiré. —Hey, quizá sea poco a poco pero estamos armando el rompecabezas ¿no?—.

—Creo que si—. Me mira. —Y no sabría que sería de mi sin ti—.

—No, descuida—.

—No, Yoongi, en verdad tú has hecho tanto por mi, se que dices que no es molestia pero para mí significa demasiado. Te has vuelto muy importante para mí, no sé si alguien haya hecho algo tan lindo como lo que tú haces—. Pone su mano sobre la mía mientras sonríe.

—Es que... Eres especial JiMin, lo supe desde el primer momento en que me hablaste con esa voz tan dulce e inocente eres determinado y eres más valiente de lo que piensas. También eres muy importante para mí—.

—Gracias—. Ríe tímido.

Noto como se sonroja ligeramente. No se en que momento mi corazón se aceleró tanto, solo de pronto lo sentí.

—JiMin, te prometo que no estás solo en esto y que yo seguiré ahí hasta descubrir quién eras y lo que sucedió. No te dejaría sólo jamás, estaré ahí está el final para ti—.

—¿Por qué eres tan lindo conmigo? ¿Por qué eres tan lindo?—.

—¿Lindo? Mira quién lo dice, tu eres muy bello—.

Mi voz comenzó a hacerse baja, parecía un susurro mientras veía sus labios cada vez más cerca.

—¿Así que te parezco bello?—.

—En todos los sentidos—.

—Yoongi...—. Susurró.

Ya podía sentir su respiración cuando por fin sus labios tocaron los míos.

No supimos qur hacer. Éramos dos chicos en medio de una habitación con respiración y corazón acelerados sintiendo los labios del otro con los propios hasta que mande todo rastro de duda al carajo y lo besé.

Lo besé. No podía quedarme ahí sin hacerlo, sin tenerlo así. No podía... Y sus labios eran un paraíso, un verdadero paraíso. Eran dulces y suabes, demasiado. No creo que un sentimiento así se pueda explicar. Era adictivo de un modo hermoso.

El correspondía con agilidad. Ahí estábamos, comiendonos a besos el uno al otro.

























Hola, perdón por tardar.

Gracias por leer.

-DaZo💋

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