Harry: El playboy

Capítulo 4: En la guarida de los tejones

Aquí está el otro capítulo de Harry the Playboy, disfruta.

Además, me gustaría advertirle que eliminaré los capítulos antiguos cuando cargue el siguiente. Solo quería advertir en caso de que alguien realmente los disfrute.

Como de costumbre, las revisiones críticas son especialmente bienvenidas, más detalladas, mejor. No olvides que más reseñas equivalen a mejores capítulos.

Capítulo 3: En la guarida de los tejones

Harry yacía cómodamente, casi dormido, el peso de Hannah descansando cómodamente sobre su pecho cuando escuchó un ruido metálico. Le tomó unos segundos a su cerebro adormecido de sueño procesar que venía de la puerta, ya que estaba siendo forzado. Podía ver el pánico aumentando en el interior, ya que no estaban exactamente en un estado amigable extraño. "Joder", susurró mientras se levantaba, juntando a una Hannah dormida, obligándola a ponerse de pie. Queriendo arreglar su precaria situación, convocó rápidamente su capa de invisibilidad, con el objetivo de cubrirlos a ambos.

"¿Que esta pasando?" Hannah murmuró, sintiéndose temblorosa debido al despertar abrupto. Aunque de alguna manera logró golpear su varita a pesar de su estado, manteniéndola ligeramente levantada.

"Alguien está en la puerta, así que nos estamos escondiendo", explicó Harry sin rodeos, con toda su atención en asegurarse de que ninguna parte del cuerpo se asomara debajo de la capa.

Le tomó unos segundos comprender la situación, luego jadeó y dijo: "¡La cama, tenemos que deshacernos de ella!" Un hechizo que se desvaneció dejó su varita mientras giraba, apuntando a la cama manchada que yacía en el suelo. Sin embargo, el sueño y el pánico rara vez demostraron ser una buena combinación para lanzar hechizos. Impresionantemente, su intento, desapareciendo de la cama, pasó sin problemas. Sin embargo, todavía hubo un contratiempo. El área de efecto se había extendido un poco más de lo que pretendía, desapareciendo casi toda la ropa esparcida por la habitación, solo sus bragas escapaban del destino, solo porque estaban debajo de la capa.

No queriendo ser atrapado debido a una exclamación de sorpresa, Harry colocó su mano sobre su boca, evitando cualquier ruido mientras esperaban que se abriera la puerta.

Unos segundos más tarde, la puerta se abrió, y un estudiante de aspecto vagamente familiar, uno de los prefectos de Ravenclaw si Harry no estaba equivocado, echó un vistazo al interior, revisando el contenido de la habitación. Escondidos bajo la capa, Harry y Hannah lograron escapar de su ojo, pero algunas de las cartas del juego y una botella de whisky medio vacía todavía estaban en el suelo, las mesas estaban dispersas. El prefecto entró en la habitación y comenzó a arreglar las mesas, tomando un sorbo ocasional de la botella saqueada.

Agradeciendo a sus estrellas de la suerte que era un Prefecto en lugar de un maestro, Harry condujo a Hannah afuera, asegurándose de recoger su ropa interior en el camino, atándola a su muñeca. Después de todo, no había querido dejar su trofeo atrás. Harry retiró la mano solo después de asegurarse de que estaban razonablemente lejos del aula, y de que no había nadie más cerca, esperando que ella hiciera algo de ruido por una razón u otra.

El primer movimiento de Hannah fue estallar en una ráfaga de disculpas. "Oh Harry, lo siento mucho. Juro que fue un accidente, ¡por favor perdóname!" dijo, arrojando excusas sin respirar.

Harry tiró su brazo sobre su hombro, acariciando lentamente de una manera reconfortante. "No te preocupes. Y no pasó nada realmente malo, así que no necesitas disculpas". La atrajo hacia su pecho, esperando que su histeria se calmara.

"Entonces, qué hacer ahora", preguntó después de unos segundos, sintiéndose tranquila de nuevo.

Harry dejó una sonrisa desarmadora en sus labios mientras dejaba caer su mano un poco, acariciando lentamente su espalda, "No creo que tengamos muchas opciones. La mejor acción del curso es escoltarte de regreso a tu dormitorio, escabulléndote después de que estés con seguridad en su habitación ".