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29 Octubre 2020

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Mi vida hasta ahora ha ido bastante normal, claro está, a mi modo. Desde aquel día en que fui acogida por aquella criatura, he permanecido adentro de una cabaña en el bosque, no es muy lujosa pero tiene lo necesario para poder al menos refugiarte. Una sala, un baño, una cocina, dos que tres cuartos y uno que otro mueble gastado por el tiempo.

Hay ciertas reglas en este lugar que tal vez hagan del día un poco aburrido pero está bien, es lo mínimo que puedo hacer después de haber sido salvada por él.

En esta pequeña casa sólo habitamos cuatro personas: Masky, Hoodie (sé que son sólo apodos pero no tengo la menor idea de cómo se llaman) Toby y yo. No hablo con ellos y si lo hago es para saludarnos pero sólo eso. A lo que tengo entendido es que son "proxies" de él o como es llamado por ellos "el operador".  He visto a más personas como ellos, pero sólo vienen aquí cuando es una emergencia, básicamente este sería como una especie de "cuartel" para reuniones demasiado importantes.

En cuanto a mí... de vez en cuando salgo para poder mejorar mis habilidades, siempre con supervisión de alguno de sus proxies, y frecuentemente suele ser Toby quien está ahí. Suele ser incómodo tenerlo observándote todo el tiempo, pero logré acostumbrarme.

Justamente hoy es de esos días en los que me encuentro a fuera en compañía de Toby.

- Mierda.- suelto con frustración al no poder concentrarme lo suficiente en mis palabras.

Toby soltó una risa burlona.

- ¿No puedes brujita?

Vaya, al fin una frase que va más allá del "hola" o "adiós".

- ¿Quieres intentarlo?- cuestioné enarcando una ceja y sonriendo.

- No, aprecio la oferta pero es más divertido ser expectante.- apuesto a que tiene una sonrisa debajo de ese bozal.

No contesté. Me giré y volví a repetir la misma frase que me costaba tanto.

- În cărți se afirmă, luna a dictat-o, du-mă la locul dorit.- pronuncié cerrando mis ojos pero los abrí al escuchar el estruendo de unos cuantos rayos acompañados de un fuerte viento. El cielo se tornó de un color que no era común de un atardecer o si quiera del anochecer.

- ¿Ahora controlas el clima?- preguntó Toby. Me giré a verlo.

- No he sido yo...- inmediatamente algo se abalanzó sobre mí causando que cayera al suelo.

Era una especie de perro negro, con la única diferencia de que su tamaño parecía ser el de una persona adulta, con unos temibles ojos blancos deseosos de querer desgarrar mi carne, y unos filosos dientes cerca de mi rostro.

- ¡Expulso!- grité haciendo que esa cosa saliera disparada por los aires golpeándose contra un árbol dejándolo aturdido. Toby corrió hasta mí para ayudarme.

Me levanté pero sentí algo recorrer mi brazo. Era sangre. Esa cosa me había hecho un corte.

- Es mejor irnos ahora, revisaremos tu herida en cuando lleguemos.- me tomó de la mano y comenzamos a correr en dirección a la casa.

Esa maldita cosa no tardó en ponerse de pie y correr hacia nosotros.

Nos estaba alcanzando, y mientras eso pasaba logré escuchar el sonido de más pisadas a nuestro lado.

- Al fin se dignan a aparecer.- exclamó Toby.

- Oh, ya sabes, cosas del operador.- contestó Masky.

- ¿Ahora qué hicieron?- cuestionó Hoodie.

- ¿Disculpa? ¿A caso crees que yo ocasiono problemas?- se indignó Toby.- pregúntale a la brujita.

- Oh vamos, no me des todo el crédito.- le guiñé un ojo.- hablando en serio, no sé de dónde ha salido.

- Bien, tenemos que encontrar al operador.- habló Masky sacando un cuchillo de su chamarra.

- Llévala a la cabaña, les daremos tiempo.- Hoodie sacó su arma para después detenerse junto con Masky dejando que Toby y yo siguiéramos.

Cuando finalmente llegamos, nos apresuramos a entrar y cerrar con seguro. Toby se dirigió al baño en busca de algo que pudiera ayudarme... creo.

Me senté en el empolvado sofá, y comencé recitar un hechizo de curación.

- S-ar putea întâmpla cu oricine, dar acum eu sunt cel care trebuie să se vindece.- pasé mi mano por mi herida y esta lentamente comenzó a cerrarse.

- Bien, hay algunas vendas y gasas, podríamos usarlas...- se quedó contemplando mi brazo a punto de sanar.- o podríamos hacer eso.- dijo refiriéndose a mí.

- Gracias.- dije con una sonrisa.

Nos quedamos en silencio, y cuando estaba a punto de romperlo, unos golpes en la puerta llamaron mi atención. Con cuidado, Toby se dirigió a abrirla para deja ver a Masky y a Hoodie con algunas heridas y manchas de sangre.

Inmediatamente me dirigí a ellos, podría curarlos. Les ayudé a recostarse en el sillón y cuando estaba a punto de decir el hechizo, él apareció... tan serio como siempre, y con su "vista" clavada en mí.

Vale, creo que le debo una explicación.

Sé que estás asustada. Porque todas las mujeres se les enseña a temer al poder. Aduéñate de él.

M A D N E S S; T I C C I T O B YDonde viven las historias. Descúbrelo ahora