Bonus [JinMin]: Suave lomito

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A veces Jimin no sabe por qué está con Seokjin, o al menos eso piensa cada vez que su novio humano suelta agudas carcajadas que atraen miradas ajenas cuando tropieza —pese a que ocurre seguido, no deja de ser bochornoso—, podría culpar al suelo mínimamente disparejo, pero en realidad son sus pies y su arte de enredarse con ellos al caminar. El más alto sujetó su brazo cuando lo vio casi desarmarse antes de reír hasta ahogarse.

Quiere darle con el codo en las costillas, pese a las caricias que el humano castaño deja en su hombro como si quisiera disculparse y al mismo tiempo no, porque aprieta los labios y resuena un "pfff" de la risotada que no logra contener.

Son varias las veces que a Jin le gusta reírse de él. No solo se ríe de sus pequeñas torpezas habituales, a veces le hace alguna que otra broma inocente e insiste que los gruñidos de su parte animal son adorables. Dice que como perrito tiene un genio terrible, que es una bestia feroz en formato pequeño, Jimin se defiende comentando que sus sentidos siempre están alertas ante las amenazas más que admitir que es por naturaleza irritable. A veces lo es, un poco, cree que es porque tiene algunos conflictos en relación a su autoimagen y las expectativas sobre los alfas que ha cargado por tanto tiempo, Seokjin lo ha notado y Jimin debe reconocer que su novio se mide con las bromas para no herir su ego de forma intencional.

Aún así de forma no intencionada ha hecho algunos desastres. No puede olvidar esa vez, hace un año más o menos, que aceptó que le cortara el pelo cuando estaba en su versión canina porque el verano húmedo era una tortura, especialmente cruel con sus oleadas de calor infernales. Fue un desastre que lo avergonzó por largas semanas, al menos hasta que su melena empezó a crecer, tiempo en el cual evitó cambiar a su forma perruna. Ya le bastaba con lo humillante que fue como Tae y su novio cambiaformas de gato se rieron de lo lindo a costa suya.

—Tan torpe, Jiminnie —dice con cariño extendiendo el brazo para rodear su hombro, lo atrae un poco hasta hacerlo chocar con su cuerpo—. No pongas esa cara, ¿te acuerdas que dije que cada vez que me riera de ti prepararía lo quisieras comer?

Entonces Jimin tiene un claro recordatorio de las tantas razones por las que cayó perdidamente enamorado de Seokjin. La comida que sabe preparar como un digno participante finalista de concurso de cocina es una mínima parte —cuando le cortó el pelo, estuvo al menos dos semanas consintiendo cada uno de sus caprichos y no solo los culinarios—. También incluye su sonrisa y lo cálido que se siente la forma en que lo abraza al menos veinte segundos, varios pasos en conjunto, antes de soltarlo, murmurando todavía con la sonrisa presente algo respecto a no dejarle caer si podía evitarlo.

Y tras pensar "¿por qué estoy con él?", luego de un momento vergonzoso y un par de risitas disimuladas —no las de Jin, por supuesto, las de su pareja son un estruendo—, llegan a su cabeza un montón de respuestas, se agrupan en un listado largo que suma y sigue, porque Seokjin es precioso en todos los sentidos, más allá de ese rostro que tanto le gusta presumir al humano como su mayor encanto. Sí, muy bonito, pero Jimin se enamoró de una serie de cualidades, defectos y acciones. También de su cara hermosa, pero no principalmente de eso.

Se enamoró de ese sujeto que con paciencia lo orientó cuando estaba perdido. De quien tomó su corazón y unió los pedacitos.

—Dime, ¿qué se te antoja comer esta vez? —pregunta dedicándole una mirada cariñosa.

—Aún no lo sé —miente, porque se le antoja su boca. Chupar y morder su grueso labio inferior, degustar su lengua resbaladiza y besarlo tantas veces hasta saciarse, aunque nunca lo consigue por completo. Las ganas siempre vuelven.

En este momento quisiera un beso, pero hay dos obstáculos: espacio público y centímetros. No le gusta tanto tener que pararse en la puntita de los pies para alcanzar, es más fácil situar la mano en su nuca y atraerlo a sus labios. A veces Seokjin se alzaba en la punta de los suyos solo para reír de los intentos de Jimin por llegar a su boca y si el contexto lo permitía el alfa brincaba con los brazos en sus hombros y las piernas alrededor de su cintura, entonces obtenía lo que quería.

Un poco más [TaeGi/YoonTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora