Estoy bailando en la oscuridad contigo entre mis brazos. Descalzos escuchando nuestra canción favorita
-cariño te ves perfecto esta noche
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[Historia corta]
Era un sabado común para la pareja de chicos. Los rayos de sol impactaban suavemente en los rostros de los jóvenes que aún dormían plácidamente. El irritante sonido de la alarma hizo que el chico de cabello rizado frunciera el ceño aún con los ojos cerrados. Casi por reflejo apagó la alarma,pues había olvidado quitarla la noche anterior. Al ya no sentir el ruido de la alarma triturando sus pobres tímpanos se permitió a sí mismo descansar un rato más, pues ni él ni Temo tendrían trabajo ese día.
Se volteó un poco para volver a su posición inicial y abrazó a su chico por la cintura, Temo al sentir nuevamente el agarre, se acomodó en el pecho de Aristóteles. Estuvieron dormidos abrazados por un gran rato. Realmente estaban cansados, la noche anterior habían aprovechado que era viernes, por lo que decidieron hacer un maratón de películas en Netflix (sí vieron las películas, puerks). Vieron cualquier tontería; vieron desde buscando a Nemo hasta yo antes de ti, cabe aclarar que esta última los dejó hechos un mar de lágrimas.
Todo conllevó a que se durmieran lo suficientemente tarde como para que se hayan despertado al medio día del día siguiente.
El primero en despertar fue Temo, el cual se quedó viendo el precioso rostro de su pareja. Pequeños mechones de cabello rebelde caían por su rostro. El castañito sonrió,no pudo evitarlo. No puede evitar sonreír o ser feliz cada que ve a Ari, o cada que este le abraza y le llena de besitos.
Con cuidado de no despertar a su amado, se zafó del abrazo para poder ir a cepillarse los dientes y hacer su rutina matutina de cuidado facial. Cuando terminó de hacer ambas cosas y volvió a la habitación que compartía con Aristóteles. Se detuvo frente al espejo de cuerpo completo que había en la habitación y se quedó observándose.
En su mente sólo podía repetirse que era un desastre y que no merecía que Aristóteles fuera su novio.
Estaba en su propia burbuja, tanto que no notó que el rizado ya estaba despierto y se encontraba detrás suyo. Aristóteles lo abrazó por la cintura haciendo reaccionar al castaño.
-¿Qué tanto te vez, Temocles?Lo perfecto que eres, supongo- preguntó el rizado con una sonrisa, mirando a Temo a través del reflejo.
Temo le dio una sonrisa pequeña mientras ponía sus manos sobre los brazos que aún sostenían su cintura.
-Te amo mucho, Ari - pronunció en un casi susurro.
-Yo a ti, amor, yo a ti - contestó Aristóteles mientras dejaba un beso en su mejilla.
-Bueno, Tahi, vamos a preparar el desayuno, comida, o lo que sea- dijo Temo mientras se separaba del abrazo y jalaba a Aristóteles de la mano para llevarlo a la cocina. Ari rió por la prisa de su novio pero aún así le siguió.
Decidieron cocinar unos cuantos hotcakes para, según ellos, empezar dulcemente el día.
Aprovechando que no les habían dejado tarea en la universidad decidieron ir a explorar un poco la ciudad pues aún no la conocían del todo. El resto del día se la pasaron en museos y en algunos parques. Ambos estaban muy contentos, algunas personas reconocieron a Aristóteles y le pidieron fotos y uno que otro autógrafo. Incluso le llegaron a pedir fotos y autógrafos a Cuauhtémoc.
Temo estaba muy orgulloso del rizado, pero a su vez, no podía evitar pensar que Aristóteles estaba alcanzado su sueño y él sólo seguía estancado y sin hacerse destacar en la política .
Él se sentía un desastre, pero Aristóteles le haría darse cuenta de lo perfecto que es.
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Holaaaaa, bueno, esta es una historia que me había pensado mucho en publicar porque realmente nunca he ido más allá de one shots a pesar de tener mil historias en mente. Al final, gracias a la cuarentena me animé a publicar esta, jsjs. Espero sea de su agrado y trataré de actualizar seguido.
Por si hace falta aclararlo, la fic está inspirada en la canción "perfect" de Ed Sheeran.
