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Se arrepentía.

Nunca tuvo que haber hecho eso.

Había arruinado todo.

Esos eran los constantes pensamientos de Regulus, Atenea no le había escrito una sola carta desde las vacaciones, ni siquiera las que el le había escrito había mandado de regreso. Se terminó de arrancar la uña que tenía a la mitad. ¡Tal vez ni siquiera le gustaba él, o peor, ni siquiera le gustaban los chicos y el lo habría arruinado todo y se hubiera puesto en vergüenza! Pensó que lo último era muy tonto, se dio una cachetada.

La carta de Hogwarts había llegado poco tiempo atrás, su madre le había comentado que irían a comprar sus materiales ese día, así que ya estaba listo y su madre se encontraba en su habitación preparándose aún.

—No puedo creer que madre no te deje ir solo—le dijo Sirius, que había bajado por primera o tercera vez en todas las vacaciones exceptuando las comidas. Probablemente estaría yéndose para ver a James Potter.

—Yo sí lo creo, soy su hijo preferido.

—Y eso lo agradezco.


—Primero iremos a Gringotts, luego a Flourish y Blotts y luego con Madame Malkin; que ya no te quedan muy bien esas túnicas.

—Claro, madre—contestó Regulus.

Su madre le ordenó que se quedara fuera ya que ésta no quería que su hijo menor entrara a la bóveda aún, aunque ya lo había hecho antiguamente.

—No entiendo porqué iré a Ilvermorny, si las cosas están igual en todos lados—escuchó que dijo una chica junto con sus padres.

—No queremos que te pase lo mismo que a Apolo, y no queremos que a Ares le pase lo mismo. Sé que podremos ser sangres sucias y sé que por eso nos tenemos que ir.

Regulus conocía a un Apolo, y esa voz era la de Atenea. Se acercó lentamente a ellos.

—Buen día—dijo a la familia de sangre sucia. Nea, abrió exageradamente los ojos cuando lo vió.

—Buenos días, Regulus—le contestó Atenea con una sonrisa casi invisible.

Pronto una mujer de aspecto severo se acercó a ellos, los pasos los daba con suma elegancia.

—Regulus, vámonos—al notar que había más personas, que podrían ser sangre pura, dio la vuelta hacia estos—. ¡Qué mal educada soy!—les dijo—. Mucho gusto, soy Walburga Black—dijo resaltando el apellido.

—Mucho gusto, Hermes Chase y mi esposa Venus, ella es mi hija Atenea—dijo presentando a su familia.

Ella, la darse cuenta que son sangre impura por no reconocer el apellido, les dio un asentimiento y agarrando al hijo menor del brazo se lo llevó.

—Recuerda siempre, Toujours Pur. Ser Black es ser realeza—le recordó su madre, aunque claramente no le agregó el "cómo"—. No tienes porqué juntarte con sangres sucias inmundas.

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⏰ Última actualización: Mar 28, 2020 ⏰

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BEAUTIFUL|| Regulus Black.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora