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Narrador.
Oliver estaba esperanzado de que todo cambiase, su hermanita y la nueva casa eran una gran ilusión para él. Su madre superó su ruptura y logró formar una relación sana finalmente. En el pequeño auto que conducía el novio de su madre, se encontraban aparte de los mencionados, su hermano que la mayor parte de el tiempo estaba fuera de casa. Y su hermanita en su silla de seguridad.
El pelaje de el niño Oliver, era blanquecino acercado a un piel, formado de un par de rulos, y a los rayos del sol era un hermoso color. Pero era duro, el viento que entraba desde la ventana del auto no lo movía tanto como él desearía que fuera.
Ahí mismo en el auto, se puso a pensar en qué no le gustaba de él, que era básicamente todo. El pelaje, llamaba la atención, no era uno hermoso y sedoso, ni uno con brillo como el de un oso y eso le deprimía un poco. Y como estaba por llegar a un nuevo vecindario en un nuevo pueblo de una buena ciudad no sería diferente, todos se le acercarían a preguntar si podrían tocar su "suave" pelaje que no es más que una farsa como la hermosa portada de un libro que resulta ser una verdadera
--Mierda..-- Soltó Oliver a los movimientos de su hermana, la niña le estaba pegando una que otra abofetada --Oh! Disculpeme Madre, es que-- La madre de Oliver le lanzó una mirada de enojo, y con eso calló a Oliver. Esa mirada significaba que no le iría bien. El zorro blanco tiene estrictamente prohibido decir malas palabras.
--¡Hijo!-- Habló su "padre"--¡Has pensado en que al llegar podrías salir a ver una que otra zorrita para la familia? ¡Jaja! Te estás convirtiendo en un hombre y necesito que mi pequeño macho sea acompañado por una hembra tan astuta y linda como tú.
--Tal vez consiga una que otra amiga, pero no pienso en tener algo con alguien papá. Algo con una hembra.-- Sarcásticamente soltó otras nuevas palabras y se dió cuenta de esto cuando su mamá frenó rápidamente el auto.
--¡Oye! ¡Cuidado con Félix idiota!-- Gritó la madre --¿¡Oliver tu hermano está bien!?--
--Hijo.. Tú sabes bien que eres un macho alfa como yo. Tu sabes qué es lo que llevas colgando abajo y eso lo usarás para una hembra. Pobre de ti que te vea con un oso que son los más detestables, si no, de una paliza que te va a llegar te arreglo lo enfermo y listo.-- Dijo rápidamente sin quitar la vista perdida en la nueva casa, a la que ya habían llegado. --¿Entendido?.
Oliver hizo oído sordo a las palabras de su padre, él en verdad no quería nada con nadie. No estaba preparado y no se sentía bien consigo mismo para algo serio. --Alcanzé a sostenerlo mamá, no grites si sabes que estoy atento.
--Lo mismo te estoy hablando hijo de perra ¡No me ignores!-- Padre miró enfurecido a su hijo, este tomó al bebé y se lo pasó a mamá para que indiferentemente esta saliese del auto sin mirar ni decir nada. --Hemos hablado de esto maldito niñito, estoy harto de que te burles de mí.
--Lo siento papá, yo en verdad no quiero nada con nadie..-- Oliver se entristeció un poco, pero mantuvo la poca expresividad de su rostro para cuidar su emoción. --Encontraré a alguien y te haré feliz.
--Así se habla niñito.-- Miró hacia delante, la madre estaba dejando a la bebé en el suelo y pasó a ver la casa con ella. Perfecta oportunidad pensó el padre, él quería convertir a su hijo un macho rápidamente. Pues él al haber encontrado a su hijo masturbándose en su cuarto varias veces, comenzó a pensar:este tal vez se está yendo al lado opuesto. Y él repudia eso. --Hijo.
--Dime-- Levantó una oreja el zorro.
--Te llevaré a un lugar especial esta noche, donde te harás hombre. Habrán muchas mujeres dispuestas a todo y mucho trago para ambos también ¡La pasaremos muy bien! Y quién sabe, tal vez pierdas tu virginidad con una mujer experimentada.-- Oliver abrió los ojos en sorpresa, pues no estaba dispuesto a perder eso tan rápido y repentinamente. En especial con una prostituta cualquiera. Su padre no estaba pensando más que en su propia "masculinidad".
