Una noche oscura en la ciudad. Yo, estaba sentada en mi cama, mirando a un punto fijo el cuadro que habia en la pared de mi casa. El cuadro era extraño, era antigual, el dibujo del cuadro no se veía muy bien. Se distingía la figura de alguien mordiendo a otra persona. Nunca me había parado a leer el apellido del pintor, era Lindey. Bastante raro. Mi habitación no era muy grande la verdad, mi cama estaba pegada a la pared, enfrente estaba el cuadro de Lindey y debajo un escritorio con mi portatil y mis libros del instituto.
El armario estaba a los pies de la cama, mi habitación siempre tenía un ambiente raro, pero me gustaba. Por cierto, me llamo Sally. Estaba cansada, asi que decidí acostarme a dormir. El día siguiente era el primer dia de clase, empezábamos un nuevo curso.
Iba a entrar un nuevo alumno a mi clase, que venia de otro instituto de las afueras. Por fin, mañana iba a poder ver a mis amigos y amigas, ya que en estas vacaciones no nos hemos podido ver.
Si, llegó el día.
-Sally despierta, ¡Se te hace tarde!- Gritó mi madre.
Di un bote de la cama , corriendo me vestí con unos vaqueros y una sudadera. Bajé a desayunar.
-Buenos días- Me dijo mi madre.
-Buenos dias-Le contesté.
Estaba muy contenta ya faltaba menos para llegar al instituto y ver a mis amigos. Subí de nuevo a mi habitación y cogí mi mochila.
Me despedí de mi madre y me dirigí al instituto.
