|| Cruel and Cold ||

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Líf se encontraba en la sala principal del castillo sentado en el trono. Todo alrededor de él estaba hecho trizas y cubierto en una capa de polvo. Columnas colapsadas, el piso con marcas de batallas viejas, todo estaba destrozado. Pero a él ya no le importaba, ya había visto esto varias veces por mucho tiempo y ya se encontraba acostumbrado de ese desorden. Ya no sabía que hacer, no sabía que otra forma podría buscar para escapar de este maldito mundo infernal. Estaba cansado de tener cada idea que le surge ser destrozado por otras complicaciones, se encontraba que todas sus esperanzas se iban a desvanecer en lo absoluto.

Mirando a su alrededor se fija en una ventana media cubierta con pedazos de cortinas ya sucias y hecho trapos. Desde allí afuera pudo ver el mundo oscuro sin vida, no había un cielo azul, ni un sol cálido para acariciar tu rostro, ni nubes que parecían a algodón, ni el verdor, todo estaba en una eterna oscuridad que solo consumía el alma con un frío que hasta un muerto no podría soportar. Ha estado ahí por tantos años que no recordaba la vez exacta que el hombre tenía sangre en sus venas, un latido de un corazón que antes tenía vida dentro de él. Ya no se recordaba de eso- solo el frío en su ser y la oscuridad que consumía su mente cada minuto en ese lugar. Dejando su mano acariciar su templo, el hombre deja salir un largo suspiro agotado. Líf no sabía cuanto más podría soportar esta dolorosa soledad y decepción. Los recuerdos de su reino, de sus amistades, de su familia.....su querida hermana; lo extrañaba todo y no quería rendirse aún para encontrar alguna forma de volver a esa realidad otra vez. Estaba desesperado y se estaba poniendo algo impaciente con la búsqueda de una salida de este infierno que lo tiene encarcelado. Hace unos días que se había traído una chica de un reino algo similar al de Hel, pero hasta ese reino no era tan oscuro y tenía vida de más de lo que se esperaba.

Alzando la mirada para ver su alrededor este decide caminar por los silenciosos pasillos otra vez. ¿Que más podría hacer? Conoce este reino como la palma de su mano. Tras caminar a paso lento por los pasillos siendo cuidadoso de las trampas Líf se encontraba con algo peculiar que le llama la atención. Hace unos días que se había traído esa chica a este mundo y la había dejado en unos de los cuartos encerrada para estar seguro que esta no se escapara. Igual ni que tuviera forma de escaparse, solo él podría regresarla pero necesitaba su ayuda....y su compañía. Pero lo que tomó su atención era que la puerta de ese mismo cuarto en donde estaba esa chica..... La maldita puerta estaba abierta.

Maldición, ¿Cómo pudo haber salido?

Acelerando su paso hacia la puerta mira dentro del cuarto para ver que la chica no estaba en ninguna parte. Ni su arma estaba recostada en la pared. Dejando su melancolía y soledad fuera por la ventana este se llenó con varios sentimientos: confusión, susto e ira. Le costó mucho traer a esa chica a su mundo para su ayuda y ahora no tiene idea de como salió de allí y de como se pudo esconder sin él percatarse.

Pero Líf sabe que ella tiene una gran desventaja en este mundo. Ella no conoce el lugar y muy fácil se puede perder en este laberinto. Como este a estado aquí por años ya se sabía cada rincón del castillo. No le tardaría mucho para encontrarla en alguna parte. Aún así, se encontraba molesto que esta se escapara sin él darse cuenta.

Me dejé confiar que ella no intentaría esto. Debí saberlo y aún así la deje a solas aquí. Debí amarrarla para evitar esto.

Sin tardar más Líf va en busca de la chica en este castillo oscuro. Algo si le preocupaba a este- el lugar estaba repleto de trampas escondidas las cuales podrían ser activadas con un mal paso. Él se sabía donde quedaban todas, pero el problema era que la chica podría terminar en alguna de ellas y quedar herida gravemente o peor. Acelerando el paso Líf se encuentra en la una de las salas grandes, todo el polvo y sucio acumulado por los años dejando en lugar parecer un calabozo. Un silencio total se forma en el aire.