capitulo 4

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La noche fue peor que el día, por más que Rantaro le pedía una explicación a su amigó, después de un rato ante su niño éxito, se rindió, y dejo quedarse al peli-azul. Aunque el rubio consiguió conciliar rápidamente el sueño, para Valt era imposible, pues al tan solo cerrar los ojos, Miles de imágenes se le venían a la cabeza, así como gritos, quejidos, y dolor. La mitad de la noche fue tan solo llorar en silencio, haciendo el mayor esfuerzo porque nadie lo oyera; Eso continuo asta que por fin, el sueño pudo más que el llanto, y sin precisamente quererlo, calló Valt en un profundo sueño, aunque no fuera más agradable que la realidad...

Valt:
Mmm...–Comenzó a despertar– Buenos... Días–Dijo por costumbre

Rantaro:
Buenos días, bello durmiente–Dijo ya despierto– Creo que ya merezco una explicación, ¿No?

Valt:
Eh, yo...Lo siento, Audaz, pero no...no quiero hablar de eso ahora–Contestó cabizbajo

Rantaro:
Hay que remedio...–dijo con los brazos cruzados y una mueca– Escucha, amigo, no pasa nada si no me quieres decir, pero quiero que sepas que sea lo que sea, yo y los demás estamos para ti, ¿ SI?, aunque bueno, teniendo al gran audaz contigo, no se para que necesitarías a los demás–Finalizo sonriente

Valt:
Jeje, gracias "Gran Audaz" –Dio una pequeña sonrisa– Oye, ¿Te puedo pedir un pequeño favor?

Rantaro:
¿Que te acabo de decir?, Claro amigo, lo que sea.

Valt: Tal vez tenga que faltar a la escuela un tiempo, y también no pueda asistir al torneo nacional...así que , ¿podrías decirles a los directores y al resto del equipo?

Rantaro:
Eh...Si claro pero...¡Digo! ¡Claro! Puedes estar seguro de eso...

Valt:
Gracias–respondió- Creo que es momento de regresar a mi casa.

Rantaro:
¿Estás seguro Valt?

Valt:
Supongo...

Después de esa breve charla, Valt recogió las pocas cosas que tenía con el, para después salir de la casa de los kiyama. Era curioso, siempre se pregunto como sería la casa de Audaz, pues siempre que prometían hacer una pijamada juntos, por alguna razón se terminaba cancelado, y ahora que por fin lo hicieron, termino tan rápido, aunque realmente, no es como que hubiera empezado siquiera.

Unas cuantas horas a pie fue lo que tuvo que recorrer Valt para llegar al negocio que asta hace no mucho, representaba comida y sustentó para su familia , así como una sonrisa en la cara de su madre, de su padre, y de sus dos hermanos.

Aunque había dos, que sabía bien, nunca jamás volvería a ver.

Al abrir la puerta, sería recibido por el olor más horrible que alguna vez haya percibido; era una combinación de aroma a alcohol, con otras !as, de perfumes, y varios alimentos...pero además, de un olor fétido y nauseabundo.

Valt tuvo que taparse la nariz con su sudadera para poder entrar sin vomitar por el olor. Mientas poco a poco se adentraba a su hogar, podía percibir de dónde venían cada uno de los aromas, siendo el más notable el nauseabundo, el cuál guió a Valt asta el baño de la planta de abajo.

Al entrar la escena era la siguiente; la pared izquierda se encontraba manchada por tres chorros no muy grandes de rojo, ahora secos , así como el piso. No era una escena muy horrible...o eso se pensaría, pues Valt entendió al instante, que ese baño de azulejos blancos, fue el lugar donde si hermano menor dios su último y ahogado aliento.

Valt:
Toko...–Dijo con la voz más que que quebrada.

–¿Hermano?–escuho detrás de el.

Valt:
¡¿Mmm?! ¡Nika!–corrió rápidamente a darle un abrazo a su pequeña hermana, la cuál respondió aferrándose con fuerza a los brazos de su hermano, como nunca antes lo había echo.

El llanto no tardó mucho en hacerce presente, Nika lloraba recargada en el hombro de su hermano mayor, pues ahora, solo se tenían solo a ellos dos. Por su parte, Valt también comenzó a derramar lágrimas, aunque hacía todo el esfuerzo posible por qué no fuera tan evidente, por lo menos no tanto como para que su madre escuchará.

Nika:
Valt...Toko...el...el está...–pronunciaba entre sollozos

Valt:
Tranquila...todo..todo estará...–se detuvo–estoy contigo, estaremos juntos pase lo que pase...–Dijo acariciando la cabeza de su pequeña hermanita–... Dónde...¿Dónde está mamá?

Nika:
No...no se–se limpio el rostro, el cuál se encontraba rojo por tanto llorar– Salió hace un rato, después de...ya sabes...limpiar. No dijo mucho, solo que quería estar sola un rato...

Valt:
Entiendo...escucha, debes dormir un poco, ¿Si? , Necesitas recuperarte, yo veré si puedo hacer algo de comer, ¿Esta bien? -- la menor solo respondió con la cabeza, para después acostarse en el sillón de la sala, tapada con una manta. Valt tomaría una escoba y recogedor para limpiar un poco el lugar, había botellas, latas y otras cosas tiradas al rededor del hogar, obviamente desprendiendo olores, también se encargaría de limpiar aquellas manchas en el piso y la pared del baño, y también para quitar ese olor. Solo quería terminar y tal vez dormir...dormir para despertar y que todo hubiera Sido un sueño, solo una horrible pesadilla, y que al abrir los ojos todo volvería a la normalidad, despertando con sus dos hermanos encima de el todos los días, con el aroma cálido del pan recién horneado, listo para ir un día más a jugar beyblade con sus amigos.

Aunque claro, bien sabía que eso no podría volver a pasar, su prioridad por el momento era que Nika pudiera dormir y recuperarse de lo que posiblemente tuvo que ver. Pues después de eso, Valt tendría que preguntarle todo lo que paso tanto a ella como a su madre.

Valt:
–Que se encontraba barriendo– Mañana será otro día...todo será mejor mañana




Mañana será otro maldito día, sin mi hermanito y sin mi papá...–dijo para arrodillarse en el piso, para solo llorar a sus seres queridos, pues seguramente, esa sería la única vez que lo podría hacer.

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Beyblade burst la historia no contadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora