Criada por Vampiros -Reescribiendo

𝐈 . 𝐒𝐞𝐝 𝐝𝐞 𝐒𝐚𝐧𝐠𝐫𝐞

ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 𝕴 : 𝐍𝐨𝐯𝐢𝐜𝐢𝐚

—¿Qué demonios cree usted que hace con esa joven infanta señor Conde? —. La voz nerviosa de Beliath estalló resonando por todos los rincones de la entrada principal cuando este diviso al blondo vampiro aristócrata, atravesando a toda velocidad la primera planta con el enfermizo cierto de una pequeña rubia, de tez pálida y aspecto agonizante. Rostro demacrado, ojeras grisáceas violetas y apenas un rosa tenue de vida en el rosado pálido de sus mejillas.

—Somos vampiros—. Espeto el de cabellos berenjenas con notoriedad de molestia en su voz—Pero tenemos principios cariño—. ¡Exclamo ofendido con un tono de voz neutral, previo a continuar con sus reclamos —Si atacamos niños indefensos perderemos toda la dignidad que caracteriza a nuestra especie... ¡Bajé a esa niña de inmediato! —El de cabellos violeta azabache, cambio su tono de voz por uno gélido autoritario, no había sátira o burlas características en el tono de su voz, ni su caracteriza sonrisa socarrona.

Se retumbo un golpe seco al salir del pasillo de las sombras y darse a revelar en lo alto de la segunda planta, tomando el barandal de oxido, para bajar la vista hasta el susodicho y retarlo con la mirada.

—Cállate por un momento y escucha Beliath —. Respondió Vladimir agotado de sus alaridos para que este dejase de reclamarle. Pues el rubio no tenía tiempo de oír sus reclamos, cuando una situación delicada se desarrollaba en medio de la mansión. Los delicados huesos del vampiro rubio se clavaron lentamente sobre la piel pálida de la señorita enrojeciéndola por su superficie de manera inconsciente.

—Esta señorita, es una vampira, pero esa pestilente escénica que la perfuma me impide ratificarlo—. El semblante rígido del vampiro mayor se disipo dejando una suplencia a la admiración y la angustia. Enarcó su entrecejo con temor y curiosidad, pensando si dudar o no en las palabras de su colega.

—La niña es un humana... —. Una tercera voz interrumpió haciendo presencia en el lugar—Puedo oler el espesor de su plasma a kilómetros—. Aseguro con elocuencia sarcástica. —¿Cómo logró esa mocosa tan joven llegar en ese estado hasta este lugar tan lejos sin morir en el intento? —. El vampiro de cabellos de nieve con un reacio en las expresiones de su rostro hizo acto de presencia con procedencia desde el comedor acompañado del vampiro hibrido moro quien observaba en estrepitoso silencio la escena. —Bien debería estar ya muerta—. Hablo muy a sus adentros algo sintiéndolo, pero más para sí mismo sin demostrarlo.

—Te equivocas Ethan...—. De la biblioteca con un libro en braille bajo su brazo, se manifestó el vampiro con la venda y sentidos agudizados que se vio atraído por el bullicio del aquelarre generado por la escena para integrarse. —Si bien es un olor particular y poco usual en realidad—. Poso con delicadeza el dorso de una de sus manos sobre la frente helada de la más cría para medirle la temperatura —Pero está pequeña jovencita es una hibrida entre ambas especies...Su sistema vampírico no está completamente desarrollado por su precoz edad, lo que impide su recuperación natural—. —Sin embargo, esta dando una buena batalla por aferrarse a la vida—Hablo con suavidad y un gesto preocupado.

—Ivan—. El mas reciente habitante de la mansión, el vampiro de cabellos blondos empalideció intercambiando una mirada nerviosa con el hibrido moro. —Aarón...Raphael encierren a Iván en su habitación de inmediato...—. Demando con celeridad entre sus camaradas. —Lo último que necesitamos es una masacre de sangre en la mansión—

—Si queréis salvar a la párvula vampira, debéis ser rápidos...— Intervino Raphael con una expresión ilegible, mientras subía del acompañamiento de Aarón por las escaleras —Su fuerza vampírica es lo único que la mantiene con vida—Se giro por ultima vez advirtiendo a lo vampiros restantes antes desaparecer a toda prisa de la escena. El rubio asintió, como si el contrario pudiese divisar sus expresiones para girarse a sus contrarios.