En la esquina de Enbizaka hay un Doncel, Él es el único dueño de la sastrería de allí. Con una gran virtud y una verdadera Disposición, él es el chico más popular del barrió, es hermoso, incluso una de las bellezas del pequeño barrio en donde vivía y trabajaba en soledad la mayor parte del tiempo. Pero hay una cosa qué al joven Doncel le causa preocupación, el saber, qué su amor lo engaña.
«Incluso aunque tenga a una persona como yo, nunca regresa a nuestro hogar»
Triste, El doncel, se lamenta mientras sigue trabajando. Él sabe que debe trabajar mejor, mucho mejor mientras sostiene sus tijeras en sus pequeñas y fuertes manos, aquellas Tijeras qué en el pasado fueron de su madre.
-Si las afiló más, cortaran mejor
Se susurra, cortando la suave tela en su desdicha amorosa.
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Cansado de esperarlo decide salir. Hoy en día la ciudad se comporta igual, de hecho, es tan tranquilo como cada día. Entonces allí, en medio del lugar, ve a esa persona con una mujer. La puede ver, ese Kimono rojo le sienta muy bien. Parece que con ella él se siente feliz. Sus ojos comienzan a llenarse de lágrimas e inmediatamente se aleja de allí.
Pero mientras intenta secar sus lágrimas sabe qué debe seguir trabajando mejor, sus mejillas se humedecen pero esas tijeras no abandonan sus fuertes manos, debe retocar ese Kimono rojo.
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La ciudad ahora tiene un ambiente incómodo; Parece qué un crimen se ha cometido. Nuevamente el pequeño y hermoso Doncel vuelve a buscar a su amante, y viéndolo en medio del puente, Se pregunta, ¿quién está con él?
Él se veía triste, entonces podía notar como se apoyaba en esa hermosa mujer. Ese obi verde le sentaba muy bien.
