Samantha (PAUSADA)

Capitulo 4: Si tu corazón lo cree, no lo estoy

Los años pasan volando, el viento y tiempo se lo devoran como una simple sopa pero esta no esta caliente, esta mas fría que un cuerpo sin vida, parece que los humanos han sido los mismos de siempre, la guerra termino hace unos años pero esta nunca cambia, siempre hay gente muriendo por la puta ambición y sed del poder del ser humano, las calles se infestan de prostitutas, de ratas, de gente con avaricia, suciedad y depresión entre la gente tanto que la otra mañana escuche que una señora se suicido con sus hijos por el gran pesar de la hambruna en este pueblo maldito, mi vida ya no es la misma desde ese año, esa maldita noche en la que tuve la culpa en la que unos pequeños niños no debieron morir por mis actos irresponsables, bebo de mis actos pedorriantes y ahora vago por la calle como si fuera una mas de ellas pero no lo soy, mi cuerpo, ellos quieren mi cuerpo, no son los hombres, quisiera que fueran hombres y no esas voces de los niños gritándome a la luna llena su gran perdida, siento su carne deslizándose por mis huesos, por mis piernas, por mis pechos, aveces pienso que la señora hizo algo correcto, este mundo no esta destinado para los de nuestra clase, la guerra no acaba ni cambia solamente descansa

1932 22 de Noviembre

Varios años después de lo ocurrido en el orfanato

Samantha se encuentra tirada en el piso con la mirada perdida mientras la gente pasa con asco hacia ella, la lluvia no cesa y mierda de perro se huele en el suelo, con varias botellas de alcohol a su lado con una en la mano, su cuerpo parece desnutrido con varia cicatrices por todo su cuerpo, casi desnuda con solamente varios trapos tapando su cuerpo, pero esta se levanta poco a poco apenas pudiendo mantener su propia mente en su lugar pero el equilibro puede con ello, lentamente se mete a un callejón

las voces se escuchan cada vez mas fuerte mientras esta totalmente tomada por el alcohol camina ignorando las voces, son como quejidos de violines apunto de romper sus cuerdas o la cordura para ella, todo se vuelve obscuro para ella mientras la lluvia resbala ante su mirada, sus mejillas y su nariz, esta cae sin ninguna razón pero no le importa, de repente todo se vuelve negro, un vacio infinito mientras ella se queda tirada en el suelo, un hombre de traje aparece a lo lejos, apenas se puede distinguir, parece alto, Samantha abre un ojo y logra notar a este hombre, su zapateo hace un gran eco por todo el lugar, eran como montañas derrumbándose por todos lados un ruido singular como el mar y la sangre moviéndose por todo el lugar

¿?: Samantha....

Este hombre misterioso la llama mientras se acerca con lentitud hasta que en un punto este se detiene, el pestañeo de Samantha se vuelve lento y el hombre esa literalmente enfrente suyo, los pies del hombre comienzan a volverse tencaculos, entre otro pestañeo este hombre con traje se convierte en un tipo monje con una gabardina que cubre con totalidad su cuerpo y en la parte de su cara solamente se nota un profundo vació como el mismo lugar a su alrededor, este se le acerca lentamente mientras se escucha como sus movimientos se escuchan como huesos rompiéndose o como ramas tocando la ventana a media noche por una tormenta, la cara esta tan cerca de su rostro que simplemente esta queda paralizada del miedo, esta como una estatua de piedra pero es inútil gritar, su cuerpo esta paralizado hasta el mínimo musculo

S: De..Dejame..en paz..

Esta suplica casi llorando mientras nota que en su axila mantiene un libro, el mismo libro que tuvo en sus manos durante pequeña el cual causo el error que dirijo el error mas grande de su vida, sus pupilas se esfuman casi por el tremendo horror, esta da un gran grito totalmente en silencio hasta que vuelve de nuevo al lugar donde estaba la lluvia, a ese gran callejón, el grito vuelve como si este volviera a la vida escuchándose por todo el callejón pero una persona enfrente suyo esta acercándole la mano o mas bien la unica que tenia este hombre no era mas que una mujer, era Rhody su antigua monja, ahora con un vestido que ocultaba la mayor parte de su cuerpo, el lugar donde estaba su brazo por obvias razones ya no estaba