El alma

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Debo decir,  gracias por las explicaciones para poder haber logrado ésto.
Literalmente estoy verde, así que espero salga bueno.

¡gracias por la paciencia! ¡sorry por ser tan lento!

Asi que espero que os guste lo que hay aquí :3

La petición: Stands.

☆.☆.☆.☆

Alguien lo dijo, alguien nos lo menciono, pero realmente lo pasamos por alto. Digo, no es que no le pusiéramos atención, pero tampoco creímos que fuese relevante, pues cuando tuvimos nuestros stands, éste poder, nadie nos dijo exactamente que eran. Solo decían lo mismo todos; esto es para hacerte más fuerte, si eres digno del poder y esto es para poder ser miembro de la mafia.

Patética explicación, ¿cierto?

Eso hasta que el tío Pol, quien nos adoptó a todos, por una misteriosa razón. Que además de apadrinar, nos lo explico, según un gran amigo suyo Avdol. El stand, es una representación del alma, es nuestra parte más oculta en nuestro interior, puede ser algo que nos caracterice, nos represente.

Pero... ¿una representación del alma o parte de ella? Honestamente, no la recuerdo bien, ya se los había dicho, no pusimos atención. Yo, Bruno Bucciarati, no le había puesto atención, hasta que aquello ocurrió....

-¿Abbacchio?- hablo Bruno, viendo al recién llegado pasar al interior de la oficina. Nuevamente, se debatía contra el alcohol, contra el exceso de vino en la sangre, pues cuando había entrado, traía botella vacía en mano, camino hasta el sofá y se tiro en él. Bruno apenas pudo mirar la escena, siendo ignorado por el recién llegado, que se tiro al mueble y soltó la botella.

Pensó en regañarlo, sin duda lo haría, pero eso sería hasta que sobreviviera a los efectos de la famosa cruda. Aun así, el pelinegro intento terminar su labor, sus últimos pendientes del trabajo, antes de poder usar su stand para mover al albino hasta su cama. Tomo una hoja, abrió una carpeta y escucho un ruido, rápidamente reacciono.

-¡St..!- no pudo decir otra palabra más, su señal de alerta se desvaneció, cuando reconoció al stand de color violeta, al pie de la puerta -¿Moody Blues?- murmuro en un tono que él solo podía oír, miro al usuario, pero éste estaba perdido en el sueño y alcohol.

El stand, camino hasta el escritorio donde estaba el pelinegro, quedo a pocos pasos, donde justo ahí el sonido de aquella grabadora rebobinar, sonó en la sala, y un cronometro avanzo con rapidez sobre su mente. Bruno estaba confundido, quizás perdido, que solo se dedicó a ver.

Solo un par de horas se rebobino, su forma cambio y el cuerpo de Abbacchio apareció.

-¿Qué...?- intento hablar Bruno Bucciarati, pero vio a su subordinado, verle a él.

Bruno se quedó quieto, casi paralizado, volvió la vista al dueño del stand, pero parecía que era presa del sueño y del licor. Aun así, no evito sentirse intrigado y confundido, pues ¿por qué razón estaba el stand presente ahí?

El capo tragó saliva, aprecio la silueta congelada y aunque dudo, hizo el movimiento de siempre. Asintió, vio el reloj en la frente y hablo.

-Adelante- dijo en tono audible, autoritario y como era ley. El reloj avanzó y comenzó la reproducción, en ese momento Bruno solo le miró.

Abbacchio soltó un suspiro, vio a la mesa, no dijo palabra alguna. Se mordió los labios y dio media vuelta como si se alejara de la mesa, pero al momento volvía a él, esta vez, se acercó a la silla de Bruno

-Bucciarati... yo...- tartamudeo, cerró los ojos -Maldita sea, no puedo- se reclamó, mientras el pelinegro solo seguía viendo. La expresión en su cuerpo, los movimientos que hacía, la forma en que hablo, él quería decir algo, pero no se atrevía, pues cuando Bruno hizo memoria, sea lo que sea que había hecho, no estaba ahí.

Not Safe For Work (+18) BruAbba 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora