ABC - GiyuuShino

A - Amigos

- Oye oye, Shinobu-chan -.

- ¿Sí, Mitsuri-san? -.

- ¿Es cierto eso de que eres amiga de Tomioka-san?

La más joven se sorprendió al escuchar aquella pregunta. ¿Ella, amiga de alguien tan amargado como Tomioka?, cuando los cerdos vuelen.

- ¿A qué se debe esa pregunta?-. Preguntó con notable curiosidad.

- En la última reunión, cuando Tomioka-san y tú os fuisteis juntos, el resto de pilares y yo estuvimos de acuerdo en que pareces ser la más cercana a él, hasta Oyakata-sama nos dio la razón -. Hizo una pequeña pausa, dudando en si decir lo último o no.- Uzui-san hasta insinuó que ustedes son amantes.

La vena en la frente de la Pilar del Insecto se hinchó un poco. No podía enfadarse con la dulce Kanroji por sacar ese tipo de conclusiones a veces, pero Tengen era un caso aparte, ya se lo hará pagar cuando llegue herido de alguna misión.

- Ambos debemos tomar el mismo camino para llegar a nuestras residencias. Literalmente, están solo a cinco casas de distancia, pero eso no nos hace amigos ni nada -.

- Pero Shinobu-chan... -.

- ¿Sí, Mitsuri-san?-.

- Tomioka-san sí me confirmó que eran amigos -.

Hora de hacer daikon de Pilar de Agua.

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- Tomioka-san~ -. Para desgracia del hombre, sabía más que de sobra de donde provenía aquella voz.

Este se encontraba tranquilamente sentado en una pequeña roca a orillas de un lago. No hacía nada en general, solo admiraba el paisaje, en silencio, mucho silencio.

Pero siempre tiene que llegar una mariposa a fastidiar.

- Kochō -. Se limitó a responder, con su monotonía habitual.

- Oye oye, Tomioka-san. ¿Qué fue eso que le dijiste a Mitsuri-san en la reunión? -.

- ¿Que la cara de Shinazugawa-san parece indicar estreñimiento? -.

- ¿Qué?, no. Lo otro -.

- ¿Que Rengoku-san se veía extrañamente más sonriente?-.

- ¡No!, lo otro -.

La cara de Giyū cambió por primera vez en todo el día, ahora se veía confuso.

Shinobu se estaba enfadando cada vez más.

- ¿Porqué le dijiste que éramos amigos? -. La sonrisa de la chica se mostraba algo terrorífica.

La respuesta que venía la dejó paralizada unos segundos.

- Porque lo somos, o por lo menos así lo veo yo-.

Tal ternura le causó aquella respuesta, que una pequeña risa escapó de sus labios.

- ¿Qué es tan gracioso?-.

- Siempre pensé que alguien como tú pasa de tener amigos, por eso todos te odian -.

- A mí nadie me odia -.

- Eso no lo sabemos, pero por ahora, puedes dar por hecho que yo no lo hago -.