Desde pequeña todo a mi alrededor era extraño, mi casa, mis padres, mis amigos como si todo estuviera en un tiempo diferente. Me sentia atrapada como una canario en su jaula que sueña con surcar los cielos. Mi madre decia que estaba bien que con el tiempo pasaria, sin embargo no cambio nada. Hace unos meces mi padre Alistair un piloto de la aeronaval fue transferido a California por un asunto importante. Asi que desidimos mudarnos hasta que esta terminara. Ingrese en el Instituto Beacon Hills High School, alli comence mi nueva vida.
Despues de un turbulento vuelo de cinco horas desde Washington hasta California logramos aterrisar en el areopuerto. La tia Elizabeth nos esperaba afuera con su mercedes vens negro. Ella no habia cambiado nada esepto por las arrugas que sorcaban su rostro, sus ojos castanos permanecian con la misma dulsura de una madre al ver a su hijos y su cabello rojo era recorrido por alguna canas casi invisibles. Me decise de la casadora que llevaba para protejerme del frio del aire condicionado en el avion quedandome solo con mi camiseta blanca de mangas largas.
-Mi niña, pero mirate como has crecido- Dijo la tia Elizabeth mientras me daba la vuelta sorprendida- estas echa una mujer.
-Sigo siendo una niña- respondi. La verdad odiaba que me compararan con una mujer adulta, me hacia sentir vieja y yo no era nada vieja.
-Sin duda es mi bebe- dijo mi padre a mis espaldas mientras pasaba uno de sus brazos por mis hombros. Al poco rato llego mi madre y a esta el tomo la mano y le dio un beso en los labios.
- Ugh- me queje.Ellos solo se rieron de mi.
-Bueno ya tendremos tiempo para hablar, sera mejor llegar a casa deben estar cansados por el vuelo- concluyo la tia Elizabeth entre risas.
Salimos del aeropuerto y tomamos la autopista. Hermosos paisajes se dibujaban a ambos lados de la carretera, y traslucidas gotas de agua se pegaban en los cristales del carro. El viaje fue rapido y eso contando que no terminamos atrapados en el trafico. La casa de la tia Elizabeth era algo antigua con dos pisos, poseia un hermoso jardin, un espacioso patio recorria la parte tracera de la casa, y el exterior era surcado por ladrillos y madera blanca. Cuando entramos era muy diferente al extrior era mucho más moderna de lo que me hubiera imaginado. Habian alfombras en medio de la sala y el recibidor, la cocina poseia estantes y mesetas negros, una finas cortinas blancas cubria las ventanas y otras mas gruesas de color gris apartaban el exeso de luz.
El comedor era grande una mesa de madera cuadrada con sus sillas y cojines blancos se extendia por el centro y otra alfombra por debajo de esta. En la planta alta habian cuatro cuartos el más alejado era el del baño, multiples cuadros adornaban las paredes y a la derecha una puerta blanca daba a mi habitacion. Las paredes mi dormitorio eran grices y una gran ventana llenaba la habitacion de luz, en una esquina estaba mi cama con un armazon de caoba y sobrecama azulmarino, a ambos lados de la cama descansaban las mesitas de noche cada una con una lampara, a la derecha pegado a la pared habia un escritorio negro y sobre el una laptop Mac, en la otra esquina estaba el armario de madera.
Esa noche no dormi casi nada el pensar que al dia siguiente tenia que ir directamente a la escuela y enfrentarme a millones de caras desconocidas, de solo pensarlo era aterrador, pero al final el cansacio me vencio y me quede dormida.
El despertador me levanto y fui directo al baño, al terminar tome unos jeans y una camisa de cuadros de la maleta, el dia anterior no habia tenido tiempo para desmpacar, me puse los botines militares que llevaba desde la llegada de Washington el dia anterior y sali disparada a las escaleras. La tia Elizabeth y mi madre Kate estaban sentadas en la mesa con el desayuno listo conversando. En la mesa habia frutas, huevos, y una jarra de café con leche. Tome un poco de cada cosa intentando demorarme lo mas posible, al terminar la tia Ealizabeth ya estaba en la puerta esperandome, fui arriba y me cepille.Tome mi maleta y sali directo al carro.