情懷

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[🍒]

Sonrió viendo como una de sus amigas bailaba al ritmo de la potente música bajo la tenue luz del lugar, no era algún lugar que solía frecuentrar, pero en una ocasión especial no tiene nada de malo.

Dió otro pequeño trago a su bebida, y se acomodó mejor en la silla donde estaba sentada, su cabeza se movía dependiendo la melodía y reía cuando alguna de las demás hacían sus bobadas estando bajo los efectos del alcohol, la estaba pasando bien.

―Ven a bailar, Chaeng ― Sugirió extendiendo su mano hacía ella con una gran sonrisa en el rostro, casi parecía de maníaca.

Negó con la cabeza y una sonrisa de disculpa pero fue en vano, tomaron su mano tirando de ella hasta el centro. Tomó un último trago del licor para luego dejar el pequeño vaso en alguna mesa.

Bailaron con pasos extraños, resonando sus carcajadas entre el grupo de amigas, principalmente la peculiar risa de una de ellas y bastante estruendosa a decir verdad.

Siguieron riendo y bailando un buen rato para luego salir de aquel bar y llegar a la parte delantera cerca del estacionamiento, sentándose en el césped, Jeongyeon fue la primera en decirles que no se pasaran con el alcohol, pero fue la primera en hacerlo, seguida de su novia, aunque aún ambas estaban medio concientes.

—Deberíamos irnos a casa — Soltó la menor de las chicas apartando la vista de las mayores que compartían un beso bastante apasionado, y un poco incómodo para las demás.

Todas así rieron un poco y asintieron, Dahyun que era la que mejor se llevaba con el licor, pues su resistencia era bastante, buscó su celular en su bolsillo trasero para solicitar un taxi.

―Vayamos a mi casa, es la que más cerca está — Habló mientras seleccionaba aquella ruta terminando de pedir el transporte.

Todas la demás se limitaron a asentir, no tenía problemas con esa decisión.

Tzuyu estaba recostada en el regazo de su novia al igual que Momo, ambas recibiendo caricias en su pelo propiciado por sus mayores.

Sin embargo, el ambiente era poco diferente con las otras dos chicas. Sana, quien no despegaba la vista ni un segundo de la pequeña Chaeyoung, se encontraba demasiado cerca de esta, incomodando un poco a la más baja, sus narices ya rozaban, acelerando el pulso de ambas.

No era sorpresa para nadie que la japonesa tenía sentimientos por la menor.

Ninguna se movió, ninguna se acercó para romper aquella tensión, sólo miraban sus ojos, los cuales momentáneamente, bajaban hacia sus labios.

Podrían culpar al alcohol, pero perfectamente sabían ambas que estarían mintiendo, el llamado de la peliazul rompió su burbuja haciendo que la menor se separara abruptamente.

El trayecto a casa de Dahyun fue bastante corto como era de esperarse, Momo, quien fue la única a la cual le quedaba dinero, pagó al amable señor con un vehículo bastante grande para seis personas, agradeció y se disculpó por si sus amigas ebrias o ella habían causado problemas y luego todas se dirigieron a la entrada de la vivienda.

La propietaria rebuscó en su bolso la llave para posteriormente, abrir la puerta y dejar pasar a las demás, en cuanto todas estuvieron dentro, cerró tras de si misma acercándose a la cocina para tomar un poco de agua, pues sentía su garganta seca.

El quinteto se encontraba sentado en el espacioso salón, las menores sentadas en el piso y las demás en el sofá, cuando Dahyun regresó de la cocina, se colocó detrás de su novia sentándose en el otro extremo, ella se recostó de sus piernas y levantó su cabeza extendiendo su cuello para verla.

No Strings Attached Donde viven las historias. Descúbrelo ahora