━ PRÓLOGO

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Bratislava, Eslovaquia

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Bratislava, Eslovaquia.
23 de febrero de 2013.

Se encogió, resguardando su cabeza entre sus rodillas, cerrando sus ojos lo más fuerte que pudo. Trató de pensar que todo pasaría pronto, pero no fue así. Más y más golpes, más gritos y más cristales rotos. Así era todo constantemente cuando él llegaba del bar, tan ebrio que emanaba olor a alcohol desde la otra punta de aquellas cuatro paredes a las que llamaba casa, golpeando todo a su paso, y convirtiendo el lugar en un infierno personal.

Entre lo poco que podía lograr entender de los voceríos que escuchaba en el salón, conseguía oír a su madre replicándole algo sobre las facturas y el trabajo. Mientras que la chica estaba en sus clases, su madre se dedicaba a limpiar casas de la zona con más dinero de la capital. En cambio, su padre había perdido su trabajo como oficinista hacía ya meses, y el único ingreso que entraba en la casa era la miseria que conseguía su madre después de matarse a trabajar.

De pronto, escuchó un grito desgarrador que provenía de su madre y un golpe en la madera. Entonces todo cesó. Levantó la cabeza poco a poco, recomponiéndose como pudo y levantándose con mucha lentitud. Se movió hacia la puerta y giró el pomo lo suficiente como para poder ver qué pasaba en el salón de la casa. El corazón se le paró de golpe y se llevó las manos a la boca, reprimiendo un grito al ver un cuerpo tendido sobre el suelo. Un charco de un líquido rojo y espeso se extendía por la madera vieja y astillada de aquel lugar. Vio a su padre sostener el cuello de una botella de alguna de las bebidas alcohólicas que consumía, y el resto de los cristales esparcidos por el resto del suelo y por la mesa del salón. Había demasiada sangre brotando sin cesar de la cabeza de su madre y su padre estaba simplemente paralizado, boquiabierto, tan blanco que parecía un fantasma.

Tardó unos segundos en reaccionar, dejó la botella en el suelo y comenzó a dar vueltas alrededor de la sala. Ámbar seguía sin reaccionar, como si para ella todo estuviese siendo no más que una alucinación de la que pronto saldría y volvería a estar de nuevo con su madre, haciendo la cena o compartiendo anécdotas con su madre. Pero eso no sucedió. Vio cómo su padre se paraba de nuevo y miraba hacia la puerta de su habitación, entonces ella cerró de nuevo la puerta y se dirigió a toda prisa a una esquina del cuarto. Pocos segundos después, escuchó dos golpes en su puerta.

─Ámbar, llama a emergencias ─ordenó su padre al otro lado de la puerta.

Ella siguió quieta durante unos segundos más hasta dirigirse a su teléfono móvil. Tecleó, aún temblando, el número de emergencias. Escuchó a la teleoperadora por el otro lado de la línea anunciando que sería atendida pronto, y a así fue. Cuando escuchó la voz del operador de emergencias, se quedó en blanco.

─Emergencias, ¿en qué puedo ayudarle? ─Pero Ámbar no podía hablar. ─ ¿Hay alguien ahí?

─Yo... ─Su voz temblaba y no conseguía articular las palabras.

NEW AMERICANA ━ Carol Danvers (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora