Capitulo 3.

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La oveja de la familia ¿has escuchado a alguien decir eso?

Pues Iruma no.

El era amado por sus padres... Bueno, eso pensaba el.

Pequeñas muestras de afecto, pequeños regalos, las palabras de halago que recibía.

Todo antes de pedirle un favor.

Sus padres lo tenían encerrado.

Esa cárcel era conformada por sus padres y las cosas que le daban.

¿La llave? Nadie lo sabe, sus padres nunca han sentido que seria bueno liberarlo.

Es por eso que nadie sabe la llave.

Mejor ¿no?

Claro que no, sus padres con una sonrisa, festejan el tener a su prisionero entre sus manos.

--- Lo siento... Mi intención nunca fue...

--- No te disculpes... --- tomo el trapo entre sus manos y empezó a limpiar las lágrimas que caían --- Necesitaba esto.

--- ¿Donde esta?

--- No puedes ir a buscarlo, apenas y pude traer a el.

--- No me importa --- cerro sus puños con fuerza --- Yo voy a ir por el.

--- No se su ubicación... Pero puedes ir con el.

--- ¿El?

--- Sí, es su hermano después de todo.

Amerí no dijo nada, la verdad... No quería hablar con esa persona, se veía demasiado orgulloso y engreído.

--- Señorita Amerí, es hora de volver a clases.

--- Sí director --- da una pequeña reverencia y sale de la oficina.

Pensar en hablar con esa persona... Le producía enojo.

[Tengo que ayudarle] pensó.

Estaba decidida, buscaría la forma de encontró a su amigo, todo menos hablar con ese tipo.

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Las horas pasaron de manera rápida, tal vez era por el hecho de que ya no esperaba nada.

Pues para su mala suerte su amigo no llego, en su reemplazo, llego otro.

--- ¿Te caigo mal? --- y ahí se encontraba, enfrente de ella.

El maestro ya no se encontraba, parece que al segundo que se fue, este se apresuro en hablarle.

Todos pusieron su vista en ellos, se les hacia raro que alguien le hablara de esa manera tan irrespetuosa a la presidenta.

--- Todos, por favor, irse de aquí --- dijo con voz firme.

Todos asienten, toman sus cosas y se marchan, se puede escuchar con claridad que susurraban cosas en el camino.

--- Sí --- dijo al notar que ya nadie se encontraba cerca, como para escuchar su respuesta --- Creo que fue mejor alejar a todos, tenias la intención de que ellos escucharan mi respuesta ¿no?

--- Eso es algo obvio ¿no? Sabia cual era tu respuesta.

--- Al tener a todo el salón como testigo de mi respuesta, tendrías algo con lo cual hacerme quedar mal, fue por eso que te acercaste de manera rápida.

--- Aburrida --- se sienta en el escritorio --- Me hubiera encantado arruinar tu reputación Amerí --- hace un puño con su mano, mientras sonríe --- Pero parece que eres bastante inteligente, mas que mi hermano.

--- Nunca mancharas mi reputación.

--- Nunca digas nunca, pues alguien puede llegar y hacerlo Amerí.

--- ¿Como sabes mi nombre?

--- Oh... Digamos que... Cierto pájaro azul, me lo dijo.

--- Iruma... --- susurro, no quería llegar a pensar que el se encontraba sufriendo.

--- Vamos Amerí ¿no te gustaría saber algo de el? --- sonrió con satisfacción al ver lo que sus palabras habían ocasionado en la joven peli-roja.

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