uno

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Luego de todo un verano, al fin puedo decir que estoy empezando a estudiar lo que me gusta, en la universidad que siempre quise. De todas formas, nada en la vida es de color rosa. Estudiar tiene sus pros y contras. Pros: estoy estudiando, cosa que, aunque me encanta ser el dueño de mi propio futuro, puede volverse algo muy exhaustante. Contras: estoy lejos de toda mi familia y amigos. O sea, si, me encuentro en el lugar de mis sueños pero sin conocer a nadie. Igualmente creo que todo el mundo en algún momento tuvo que pasar por este desafío: lo desconocido. Lo cual me convierte en uno del montón. Pero a pesar de mi soledad me veo posible de poder cumplir la meta. 

Recién llegado desde Illinois, Chicago me tomo el subte que los asistentes del aeropuerto me recomiendan y llego a mi nueva casa. En la recepción de la universidad me toman todos mis datos y luego de esperar al menos media hora sin razón alguna de parte de los laborantes, me entregan la llave de mi habitación avisándome que mi compañero de cuarto ya había llegado hace unas horas y lo mas probable es que ya este instalado. Me desea un buen comienzo de clases mientras me da un mapa del campus y salgo de la oficina. Espero que haya dejado espacio para mis cosas. 

Entro al edificio color rojo y subo las escaleras hasta el primer piso. Ya se ve mucha gente con las puertas abiertas que viene y va de habitación a otra. Mucha gente ya debe conocerse, lo cual me pone un poco nervioso porque yo no conozco a absolutamente nadie. Me siento un forastero. Al final del pasillo se escucha fuerte una canción la cual desconozco pero mientras mas me acercaba me empece a dar cuenta que de donde provenía la música, ahí era mi habitación. 

Mi compañero esta mas que instalado. Lo primero que veo al abrir la puerta es el mayor desastre de todos, mas grande que cuando Adam, mi mejor amigo de Chicago, quiso hornear una torta a la novia por el cumpleaños. A mi compañero no lo interrumpió para nada que yo entrara al cuarto , ni siquiera se inmuto en bajar el volumen de la música, solamente siguió tocando una guitarra imaginaria y me hizo un gesto con la cabeza indicándome que me estaba saludando. 

-¡Hola! - Hable alto para que el susodicho me escuchara. A continuación, detuvo la música.

-Ah, hola, espero que no te hay molestado la música - Se paro y me extendió la mano - Soy Dylan. 

-Braeden - Le estreche la mano lo cual pareció un poco raro pero el solo hizo una mueca y me dio la espalda.

-¿Te molesta que siga poniendo música?

-No, no hay problema. ¿Que es? 

-¿No conoces The 1975?

-Solo de nombre, nunca los escuche.

-Bueno, acostúmbrate. Es lo que mas escucho en el momento. Mi mood de estos días, ¿entendes? Luego escuchare una cosa y después otra.

-Ah, como que vas cambiando. ¿Pero no escuchas varia música al mismo tiempo?

-No me gusta mucho, prefiero escuchar mucho tiempo algo hasta que me canse, y después pasar a la siguiente cosa. Casi como con las chicas - Volvió a poner la música  pero esta vez le bajo el volumen para poder seguir hablando conmigo y se sento en su cama - y... ¿que vas a estudiar?

-Historia, ¿vos?

-Producción musical. Toco el saxo - Se corrió para un costado dejándome ver el instrumento dentro de su estuche el cual estaba tirado en la cama.

-No sabia que daban esa carrera.

-Te sorprenderá todas las cosas que pueden pasar en este lugar.

-¿Ah si? ¿Ya lo conoces?

-El año pasado estudie artes dramáticas, pero ¿como decirlo? Fingir no es lo mio.

-O sea que lo hacías mal.

university guy; braeden lemastersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora