CAPÍTULO 3: Cinco niños desaparecidos

272 24 4
                                    

Ya habían pasado tres semanas desde que los cuatro niños habían adoptado sus nuevas identidades como animatrónicos. Por la mañana, ellos debían fingir que todavía seguían siendo máquinas sin razonamiento y sin vida, solo simples robots de entretenimiento. Además, la introducción de Wolfy hacía ya dos semanas había encantado a los niños. Wolfy también estaba feliz: la compañía de los niños le hacía sentir, de alguna manera, vivo, además de sentirse muy feliz. Fredbear, Springbonnie y Puppet también se sentían a gusto cuando estaban con los niños. Eran como las fuentes de su alegría, que calmaban sus agitados y apenados corazones. Después del día, llegaba la noche. La hora de cerrar el local llegaba y todo se encontraba vacío, solo ellos cuatro se hallaban en el lugar junto a los otros animatrónicos sin vida.

Las noches eran algo más aburridas: tras hablar una hora y media sobre como había ido la mañana, hablar sobre algo más resultaba complicado. Por suerte, algún juego puntual que no requería juguetes les ayudaba a pasar la noche hasta que volviera la mañana. Y así habían pasado todos los días hasta el momento. Era de noche, las 22:49 para ser más exactos. El local decidió cerrar pronto debido a que no había más cumpleaños aquel día y la limpieza se terminó antes de lo esperado. Puppet se hallaba investigando la sala de seguridad por simple curiosidad, Fredbear estaba concentrado viendo un dibujo que un niño había hecho para él, Springbonnie se encontraba apoyado en una pared, sentado y jugando con una pelota de objetos perdidos, y Wolfy estaba mirando por el cristal, cerca de Springbonnie.

-No deberías mirar tanto por la ventana- le sugirió Springbonnie a Wolfy-. Algún día te van a pillar y podemos acabar mal.

-Siempre me pongo a los lados del cristal cuando viene gente para que no me vean- le replicó Wolfy-. Además, ¿por qué pareces un padre? Supuestamente eres un niño.

-No es que me parezca a un padre, es solo... que en nuestra situación hay que tener cuidado- dijo Springbonnie.

-Estoy de acuerdo con ambos- dijo Puppet, llegando de la sala de seguridad-. Con Springbonnie porque hay que tener cuidado y con Wolfy porque somos niños y es normal que nos aburramos rápido.

-Menos mal que en "Objetos perdidos" suele haber juguetes interesantes- dijo Fredbear-. Como la pelota de Springbonnie.

-¿La quieres un rato?- preguntó Springbonnie, preparado para lanzársela.

-Pasa.

El conejo lanzó la pelota y Fredbear la atrapó sin muchas dificultades, colgando el dibujo de nuevo en la pared.

-Supongo que la vida de esta manera no es tan aburrida como pensábamos- dijo Puppet.

-Supongo que sí- dijo Springbonnie, sonriendo levemente-. Aunque es raro que no hayamos vuelto a saber de nuestro asesino.

-¿Qué recordáis de él?- preguntó Wolfy, mirando de nuevo por la ventana.

-Llevaba un traje de morado...- recordó Fredbear-. Creo que también pelo negro, ojos marrones y sonrisa malvada.

-Entiendo- dijo Wolfy, dándose cuenta de que un coche había aparcado en frente de la acera de la pizzería-. Un coche aparcó.

-Extraño- dijo Puppet, mirando también por la ventana.

-A lo mejor se ha perdido- dijo Fredbear.

Del coche salió una figura que, al principio, se veía oscura por la falta de iluminación. Empezó a avanzar en dirección a la pizzería y la luz de los carteles luminosos le iluminó. Puppet se sorprendió.

-¡Es él! ¡Es nuestro asesino!- exclamó ella.

-¡¿Segura?!- exclamó ahora Springbonnie.

-Traje morado, pelo negro, ojos castaños...- empezó a enumerar Wolfy mientras le observaba sonreír-. Y-Y acaba de sonreír de forma malvada... ¡Y viene directo aquí!

Five Nights At Freddy's: A Different StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora