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Hace dos meses, en un cuatro de diciembre, me enamoré de una princesa llamada Maeve, sus bonitos ojos y adorable sonrisa me atrajeron y no me dejaron escape.
Desde el comienzo supe que con ella debía estar, siempre fue más que un simple saludo de cada mañana. El que nos preocupásemos el uno del otro me hacía latir el corazón como loco, y ya cuando nos confesamos amor mutuo debo admitir que ya todo se había completado en mi vida.
Sé que he hecho cosas malas, que le lastimé a pesar de jurar quererla y cuidarla por siempre. Pero sin embargo tengo claro que ella tiene un alma tan pura y hermosa que su perdón recorre todo mi ser.
Hoy es nuestro primer día de San Valentín juntos, y puedo confirmar que me siento muy afortunado de tenerla conmigo.
Maeve Boissard es la casualidad más bonita que decidió aparecerse en mi vida. No entiendo ni cómo ni cuando, pero no quiero alejarme jamás.
La amo, la amo muchísimo y cada día me enamoro un poco más con sus dulces besos y tiernas palabras.
Inclusive me gustaría formar una familia con esta maravillosa chica. Daría todo por tener un o una pequeña bebé con sus rasgos.
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Quiero forjar una eternidad a tu lado, mae-bú.
Un mundo en el que tú y yo seamos completos y por sobre todas las cosas muy, muy felices.
No tengo idea de si sonará apresurado, pero.. Maeve.
¿Quieres ser mi esposa?
No te obligaré a aceptar, pero sinceramente siento que no hay nada que perder, contigo me siento a salvo, enamorado y lleno. No creo tener ojos para alguien más que no seas tú y dios.. me encantas.
