Doc SeHun y el gran juguete púrpura del gato | SeBaek

Capítulo Uno

Original de Brigham Vaughn.

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   Molly, el pequeño gato con rayas blancas y grises que BaekHyun había adoptado unos meses antes, se acomodó en la cama junto a él, empujándolo con la nariz. Él le rascó ociosamente el suave pelaje debajo de la barbilla y sintió el rumor de un ronroneo en respuesta. Ajustó su tablet en su muslo por enésima vez, frustrado por lo difícil que era leer con una sola mano. Molly era imposible de ignorar; si lo intentaba, ella terminaría encima del dispositivo y no leería nada. Con un suspiro, se sacó el pelo de los ojos, cerró la aplicación y arrojó la tablet sobre la mesita de noche a su lado. 

 Era un buen libro, pero incluso sin las interrupciones de Molly, estaba demasiado inquieto para concentrarse.  Apagó la luz a su lado y se deslizó bajo las sábanas, comprobando dos veces para asegurarse de que la alarma estaba activada. Cuando se dio cuenta de que podía ver claramente el despertador, a pesar de estar en el tocador de la habitación, tomó sus gafas y se las quitó. Tenía la mala costumbre de quedarse dormido con ellas y doblar los marcos. Buscó a tientas en la oscuridad su estuche de gafas, sabiendo que si las dejaba fuera, las encontraría con marcas de masticación en las patillas. 

 Cuando sus gafas estuvieron aseguradas para pasar la noche, BaekHyun se acomodó la almohada y se acomodó en su cama nuevamente. Molly se presionó contra su muslo, y él distraídamente le pasó la mano por la espalda, alisando su suave pelaje.

—Oh, Molly—dijo con un suspiro. —No te ofendas, pero en realidad no eres quien quiero en mi cama ahora mismo. 

 Ronroneó con más fuerza, y BaekHyun se puso de costado, cuidando de no empujarla. Más que inquieto, se sentía solo. Se había mudado a esta área para conseguir un trabajo como programador de computadoras, y aunque Lansing, una ciudad mediana en el Medio Oeste, no era un mal lugar para vivir, hacía muy difícil encontrar un socio si era un hombre tímido, gay. BaekHyun no se arrepintió de mudarse a medio Michigan. Le había ayudado a hacer una ruptura limpia después de que las cosas se hubieran ido al sur en su relación anterior. Tenía un pequeño lugar agradable que estaba arreglando, un trabajo decente y un par de buenos amigos. Pero al final del día, llegó a casa a una casa vacía con nada más que un gato puta de atención para abrazar. 

Conseguirla había ayudado, había un ser vivo que lo saludaba en la puerta cuando regresaba a casa y se acurrucaba a su lado en la cama mientras dormía, pero no era lo mismo que tener un hombre para hacer eso. 

 La idea de un hombre en su cama era suficiente para hacer que su polla se contrajera y la palmeó, frotando los boxers que llevaba. 

 —Eres patético, BaekHyun—murmuró para sí mismo. 

 No solo estaba solo, estaba cachondo. Tan caliente que no iba a dormir nada si no hacía algo al respecto. Solo pensar en la idea del sexo lo tenía duro. ¿Patético? Sí, patético, admitió para sí mismo, pero de todos modos se sacudió los boxers sobre las caderas. Con un maullido indignado por ser molestada, Molly saltó de la cama. 

 Desnudo, envolvió su mano alrededor de su polla y le dio unos pocos tirones. Un hormigueo de placer corrió a través de él, pero no parecía que una sacudida fuera suficiente para satisfacerlo esta noche. Necesitaba más.

Se puso de lado con un suspiro y buscó a tientas el lubricante y el consolador en el cajón junto a su cama. Los sacó y luego se agachó para agarrar sus gafas y su computadora portátil. Necesitaba un poco de inspiración. Fue al marcador de su sitio favorito de pornografía y hojeó los videos hasta que encontró uno que llamó su atención. En él, uno de los tipos era alto y flaco, como BaekHyun. El otro hombre era más grande, más musculoso, con un amplio pecho cubierto de pelo y brazos fuertes y tatuados. Incluso tenía una barba. BaekHyun se estremeció, imaginando a un tipo así que lo sujetaba a la cama y lo jodía. Así que tenía un tipo.