La heroína moteada se encontraba sentada en lo alto de un edificio un tanto alejado de la ciudad, donde nadie podría verla incluso saber si ella ahí se encontraba. Miraba con desesperación a cada segundo el reloj en su arma como si su vida dependiera de ello. De hecho su corazón se encontraba con una ligera taquicardia.
Tamborileaba los dedos sobre su pierna mientras que con la otra mano apoyaba su rostro que mostraba suficiente enfado.
¡Se supone que la impuntual allí es ella!
No soportando más, se levanto y comenzó a caminar de un lado a otro con los nervios desbordados intentando calmar la ansiedad que esto le provocaba.
》¿Como se atreve?《
¿Era posible que sucediera lo que se estaba imaginando? O solo era un poquito paranoica, ansiosa y dramática.
》Cobarde《
Sabía que muchas, demasiadas veces el encuentro se había efectuado pero esta vez era diferente.
》Ni se te ocurra gato tonto《
Suficiente, no toleraría un minuto más, ella era una persona muy ocupada.............realmente no, de hecho en estos momentos seguramente se encontraría jugando videojuegos, tomando una siesta o quizá recibiendo un largo sermón por parte de su kwami, como el de la noche anterior.
—¿En que estabas pensando Marinette? Te das cuenta de lo que sucederá si algo sale mal ¿Verdad?.
—Lo se Tikki, ese es mi problema, no estaba pensando.
Palideció al recordar todo lo demás que su kwami le mencionó. Ella tenía razón pero.........
Al otro extremo se París.
Corría y saltaba entre los tejados muy apresurado al encuentro de su lady, revisaba de vez en cuando deteniéndose en algún ventanal que los mechones de su cabello quedaran perfectamente despeinados, pues su look era parte de su encanto.
》¿Una rosa roja o una rosada? No no, ya es tarde《
Pensaba que opciones tenía, pero a decir verdad eso le tomaría un bue rato elegir ya que era demasiado perfeccionista en cuanto a Ladybug se trataba y solo quería lo mejor de lo mejor para su lady.
》¿Porque no se le ocurrió un lugar más cercano para verse?《
Si tan solo hubiese sabido que la práctica de esgrima se prolongaría más de lo usual, seguramente le hubiera sugerido verse una hora más tarde.
Todo el trayecto le preocupo su apariencia. Quería lucir bien.
》Creo que huelo a sudor《
Sacudió su cabeza para alejar esos pensamientos, ya era tarde, demasiado y eso no era bueno. Debía dar una buena impresión a Ladybug y casi no lo logra.
No podía arruinar todo, después de mucho tiempo de espera. Y se negaba a que quizá fuese la primera y última cita que tendrían si el no llegaba a tiempo.
—Justo a tiempo mi Lady. –mencionó al tiempo que tiraba de su mano evitando que ella se fuera.
La heroína se cruzo de brazos con el ceño ligeramente fruncido. Pero eso no impidió que el héroe gatuno esbozara una enorme sonrisa de satisfacción al ver la chica de sus sueños frente a él.
Tan inverosímil que ella al fin haya aceptado sus sentimientos, que este ¡aquí!. Podía sentir su corazón dar giros descomunales sin importarle que alguna arteria desconectara de si.
—¿Podemos sentarnos? –sugirió Ladybug con sutileza, relajando sus facciones al darse cuenta que el felino se encontraba en shock, casi podía ver que su alma salía disparada decidía a recorrer toda la vía láctea de pura emoción.
Para ella también era increíble el haber aceptado ser la novia de Chatnoir. ¿Donde metiste los sentimientos por Adrien? ¿Que sucede contigo? Y otras preguntas que se formulaba. Pero no podía engañarse; ese gato astuto poco a poco supo ganarse su corazón. Debía admirar su perseverancia, pues fue más fuerte que el intento de ella por rechazarlo. Sin embargo su corazón aún guardaba sentimientos por el modelo pero también sabia que para el solo era una amiga y eso jamás cambiaría.
Y esque se dice que el primer amor jamás se olvida.
—My lady, hoy se ve más hermosa. –halago el rubio.
La heroína, se sonrojo. Era verdad que estaba acostumbrada a sus halagos y que muchas veces lo que hizo fue simplemente reír, pero ahora que comenzaban a ser más que compañeros la sensación que sentía al escucharlo hablarle así, le traía serias dificultades para respirar, pensar incluso articular palabra .
Chatnoir una vez que terminó de fantasear y que apaciguó su indomable corazón, volvió a ser el mismo y con ese aire galante se acercó a su novia posandose a su lado, tomó su mano y se acercó peligrosamente a su rostro.
Le importaba en lo más mínimo invadir su espacio personal. Ahora es su novia tiene derecho ¿No?
Mientras tanto la moteada temblaba frenéticamente.
》¿QUE VA HACER? ¿ACASO QUIERE...UN BESO?《
No es que sea algo del otro mundo, es más ya lo ha besado en otras ocasiones PERO solo para salvarlo.
》¿Que debo hacer? ¿Lanzo mi yoyo para que le golpee? ¿Lo alejo y salgo corriendo? Rayos que hago.《
Sin duda se encontraba en un dilema. Y esque sentía que aún no estaba preparada para dar ese paso tan importante; "El primer beso".
—¿S-sabes Chatnoir, d-debo irme la n-noche...e-empieza a caer y.....
—¿Estas nerviosa bugaboo?. –mencionó con coquetería, paso su brazo por encima de sus hombros, para apegarla más a él– nuestra cita aún no comienza. –soltó un poco afligido.
Ya decía que era demasiado bueno para ser verdad. Seguramente Ladybug ahora que lo pensaba bien, ya no quería ser su novia.
Mientras tanto la chica pensaba lo increíble que su estado de ánimo llegaba a ser tan vulnerable.
Ladybug sintió una punzada, pues lo que menos quería, era herir sus sentimientos. Ahora era su novio, lo debía aceptar, ser valiente y afrontar la realidad.
—¡Claro que no gatito!, dime, ¿A dónde me piensas llevar?. –contestó más relajada con cierto toque de divertido.
Chatnoir abrió los ojos perplejo, luego sonrió.
—Vamos por un helado de André. –contestó seguro de lo que quería.
La chica asintió y ambos se alejaron saltando impulsados por sus respectivas armas.
Adrien decidió aquel día por primera vez, creer en la magia de André. Y ahora, no estaba lejos de consumar su mayor anhelo.
El sabía que ese amor duraría toda la vida, confiaba ciegamente en el destino. Y haría todo cuanto pudiera para que así fuera.
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Bajo aquel manto estelar perfectamente iluminado, se encontraba una pareja a orillas del río Sena degustando un helado, aquel que derrite corazones de los enamorados
