Capítulo 3

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Sala de canto. Son las 17.45 p.m.

Querido diario,

Te escribo desde la sala de canto del instituto, porque la profesora me ha pedido que volviera esta tarde a ensayar una nueva canción del coro. Menudo coñazo, socio. Menos mal que así me suben la nota. Lo que sea por aprobar.

Hoy estaba sentada bajo un cerezo tarareando mi canción favorita del momento: World is Mine, cuando de repente, veo a Rin acercarse con un chico. Era el tonto ese de Len. ¿Qué harían juntos? Después le preguntaría a mi amiga, de momento, se veía venir el salseo. Me he puesto en pie para saludarlos y me ha presentado a ese idiota. Por supuesto, le he dicho que estaba encantada de conocerle, y luego he susurrado que era un capullo. Creo que me ha escuchado porque ha puesto una cara de póker impresionante. Así que, no he podido evitar reírme.

El resto del descanso ha sido tranquilo. Los dos se han sentado conmigo a terminarse su almuerzo. Hemos charlado de diversos temas y he de decir que Len no parece tan inculto como aparentaba ser.

Cuando ha terminado el horario escolar, me he acercado a buscar a Rin para vovler a casa. Para mi sorpresa, Len volvía a estar con ella. Espero que ese bobo no se esté encariñando con mi amiga o lo pagará muy caro. O peor aún... espero que no se esté encariñando conmigo. ¡Qué asco!

Por el camino de vuelta, he de decir que ha habido un par de ocasiones en las que me ha apetecido cruzarle la cara a aquel niño pijo. Pero Rin, quien a juzgar por su expresión tenía las mismas ganas que yo, me ha detenido. 

Todavía sigo flipando con lo que ha pasado cuando hemos llegado a mi casa. Me he despedido de mi mejor amiga con una gran sonrisa, y después, de Len, agitando la mano con un simple "adiós", que te den por culo. Sin embargo, el chaval, quien es algo persistente, ha venido corriendo hacia mí. Se ha puesto de puntillas (porque le saco algo así como cabeza y media al eneano este) y me ha dado un beso en la mejilla. Le han faltado piernas para salir corriendo. Cuando he pestañeado ya había doblado la esquina. He mirado a Rin, quien aprecía molesta. Me ha dicho que se ha dado cuenta de que él solo la está utilizando para estar conmigo. Lo que no sabe el chico es que no tengo ni pizca de ganas de vovler a verle la cara. Más le vale no aparecer mucho por mi vida. Le he pedido permiso a Rin para partirle la cara mañana y me lo ha concedido. Estoy feliz, se viene pelea de la buena. Y no pienso perder.

Bueno, mañana sigo escribiéndote, que ya vuelve la pesada de la profesora.

Con amor, Miku.

Holiii, este capitulo correspondería con el capitulo 2 de Te quiero como Cinderella quiere a Romeo, por si andais un poco perdidos jijiji A partir de ahora intentaré actualizar la historia con más frecuencia.

Love, MikuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora