Ya no eres mi JungKookie -ˋˏKookTae.꒱

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Parecía que me había quedado mudo. SanHa insistía al otro lado de la línea, repitiendo mi nombre y preguntando la razón de mi llamada.

Recobrando un poco de sentido, mi dedo se desliza hacia el botón rojo de la pantalla, cortando lo que sea que el chico estuviera diciendo.

—BoGum, sácame de aquí —pido en un murmuro audible. Mi vista comienza a nublarse, pero aún así logro notar cómo JungKook y SanHa se adentran en uno de los edificios.— Por favor... vayámonos ahora.

Mis lágrimas caen como una regadera abierta y ni si quiera puedo detenerlas. Quiero gritar de frustración, reclamar y reprochar muchas cosas, pero nuevamente me encuentro sin voz.

No sé cuánto tiempo pasa, pero estamos bastante lejos. BoGum detiene su auto en lo que parece ser un parque que está completamente vacío y baja primero para poder abrir la puerta de mi lado.

Caminamos en silencio hacia la primera banca y mis ojos vuelven a humedecerse.

—TaeHyung...

—Debí haberle detenido —empiezo a hablar como puedo. Mi garganta está seca y duele, pero de cierta forma, necesito desahogarme.— Debí haberme acercado a ellos y pedirle explicaciones. Soy un completo cobarde —mi voz se quiebra y BoGum no tarda en atraerme a su pecho, abrazándome con pena y no lo culpo, mi situación es bastante deprimente— Amo a JungKook y le tenía cariño a SanHa —decir lo último me cuesta más que lo anterior y termino por romper en llanto.

¿Qué debo hacer ahora?

—No es tu culpa, Tae —susurra contra mi cabello.

¿Realmente no es mi culpa?

No, no es mi culpa. Yo no he hecho nada para que JungKook actue así. A comparación de él, yo trataba de mantener las cosas iguales entre nosotros. Yo me esforzaba para que siguiera amándome como lo hacía desde que éramos unos simples adolescentes que se juraron permanecer juntos hasta después de la muerte.

Yo aún lo sigo amando.

—¡Tomaré el primer vuelo a Corea y le cortaré el pene! —JiMin comienza a gritar y a maldecir luego de haberle contado todo.

Mis ojos están rojos e hinchados por haber llorado de nuevo, pero con solo recordar a JungKook besando a alguien más, las lágrimas salen por su propia voluntad.

—No quería arruinarte tus vacaciones de esta manera —digo apenado y con la cabeza baja.

Son casi las tres de la mañana, pero aún así, mi mejor amigo no dudó en permanecer despierto por mí cuando le pedí hablar. JungKook no ha llegado y tampoco me he tomado la molestia de llamarle o dejarle un mensaje.

—No es tu culpa, TaeTae —otra vez aquella frase.— Me gustaría estar ahí ahora mismo y abrazarte con todas mis fuerzas.

Le dedico una débil sonrisa y me obligo a no llorar por enésima vez en el día. Como dijo JiMin, no lo merece.

—BoGum prometió pasar por mí para ir al estudio, pero realmente no quisiera ir.

Estoy seguro que no podré pegar un ojo en toda la noche y estaré agotado todo el día. Sin agregar que tendré que ver a SanHa en el trabajo.