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  Cada mañana, Julián salía al patio a cuidar de su jardín. Mientras lo hacía, observaba la casa de al lado. La casa de su primer amor.

  Al mirarla, recordaba a Lourdes, la chica que la habitaba. Recordaba cómo jugaban en el patio, o las veces que se dormían en la sala viendo televisión.

  Veía a los padres de su amiga entrar y salir de la casa en cortos lapsos de tiempo. Él sabía que iban a ver a su hija al hospital.

  Desde que ella tuvo aquel accidente, él había cambiado completamente. Se sentía vacío. La extrañaba, y mucho.

  Ir a verla no ayudaba demasiado. Verla ahí recostada en una cama de hospital, sin poder respirar por sí misma era difícil.

  Los padres de la chica casi nunca la dejaban. Se turnaban para volver a la casa a descansar una o dos horas, y sólo ambos se iban cuando Julián y sus padres les insistían que ellos la cuidarían para que pudieran descansar como se debía.

  Esos días cuando Julián y sus padres cuidaban de Lourdes, él se preguntaba si ella realmente iba a despertar.

𝑁𝑜 𝑀𝑒 𝑂𝑙𝑣𝑖𝑑𝑒𝑠 ; Valentines Contest 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora