Amanecer

106 3 0
                                    


Con el paso de los años Amy se fue adaptando su día a día, cambiando su rutina, cuando decidió mudarse, dejó en claro que no quería seguir en el mismo camino de antes en todos los aspectos, estaba cansada de cargar y arrastrar todo aquello que había mermado tanto en ella durante los años pasados, quería dejar de ser esa niña inmadura, terca, impulsiva, deseaba ser diferente necesitaba serlo, quería dedicarse tiempo para sí, quererse, respetarse y aprender a tomar decisiones importantes para no volver a cometer el mismo error dos veces, pero sobre todo, deseaba olvidarse del erizo, se fue de su casa con un dolor y un nudo en la garganta, una parte de ella aún le decía que se quedara a seguir intentando, pero ya estaba harta de esa situación, donde siempre ella debía ser la condescendiente, ella siempre tenía que tener tiempo para él, siempre debía comprender sus ausencias y su falta de empatía hacia sus sentimientos, todo lo que siempre buscó de Sonic fue una respuesta, sólo eso, no quería más, sólo que aquel fuera sincero con ella.

Eran más que claros sus emociones y sentimientos hacia el erizo, no era ninguna novedad, pero debido a la falta de respuesta, tomó la iniciativa de seguirle, de demostrarle que estaría ahí para él, pensaba que quizá no era lo suficientemente clara para él y por ende debía demostrarle de diversas formas su sentir, no iba a escatimar en esfuerzos para lograrlo.

Sin embargo los días fueron pasando, convirtiéndose en meses, las pequeñas aventuras se volvieron largas y pesadas misiones de rescate y el erizo parecía esquivarla más y más, no podía negarlo, había fallado por completo en todos sus intentos, quizá el cobalto nunca se dio cuenta de sus sentimientos o sólo quizá... nunca le importaron...

Poco a poco las misiones acabaron, se reunían cada vez menos, cada uno del equipo fue haciendo su vida, se ausentaban por días semanas, esto hizo que la rosada tuviera más presentes aquellos pensamientos negativos, anteriormente estos ocupaban poco espacio en su mente debido a la compañía de sus amigos, el tenerlos cerca hacía que se esfumaran de su mente por temporadas, pero debido a que los ataques constantes de Eggman habían terminado, ya no había reuniones como antes y la rosada terminaba encerrándose en su casa, dando oportunidad a que se apagara rápidamente.

Cada vez sus días le resultaban más pesados, se levantaba con menos ánimo, su reflejo ya no le agradaba, la situación que estaba viviendo con Sonic le estaba causando un gran golpe a su autoestima, cada vez que se ponía a pensar en aquello terminaba fatal, pues entre la apatía de aquel y su sentir, terminaba haciéndose sus propias conclusiones, donde quizá aquel cobalto no le correspondía debido a que ella era muy poca cosa como para que alguien la notara y terminaba entendiendo que este la ignore o quizá no era lo suficientemente atractiva para él, sería muy normal su falta de interés hacia ella, quizá no era útil en el equipo, quizá sólo era un estorbo para todos... solo .. Quizá.

Amy cada día estaba peor y se notaba, había días en los que se miraba al espejo y se encontraba mil defectos, días en que sin importar lo que hiciera, ella no se gustaba ni tantito, terminaba llorando frente a su espejo, menospreciándose a sí misma, quedándole cada vez menos ánimos de hacer nada, dejó de quererse, de hacer lo que más le gustaba, lo que más le hacía sentir feliz, cambiándolo por noches enteras en las que sus pensamientos la consumían y acaban con ella, en su mente era alguien poco atractiva en todos los sentidos, nadie querría estar con ella...

Se sentía tan cobarde, tan derrotada, había hecho tanto y logrado nada, lo único que había sacado de ello era la destrucción de su autoestima, estaba mal y lo sabía, en su último arrebato de determinación, apretó fuertemente sus puños y se dispuso a sacar todo de su vida, tirando lo acumulado por años, decidida a enterrar estos sentimientos y pensamientos, fue entonces cuando la idea de mudarse lejos de aquello y de aquél, apareció en su cabeza.

Se prometió a sí misma que el día de la reunión sería la última vez donde ella lo llamaría, donde ella sería condescendiente, donde ella tenía que entenderlo a él aunque el cobalto no se hubiere preocupado ni una sola vez por ser recíproco, aunque sea por cortesía, aunque sea por amabilidad, aunque sea por lástima, aun así quería despedirse de él y dejar todo aquel tema en paz y de esa forma ella encontrar la suya.

Decidida, harta y lastimada, tomó lo poco que quería conservar de aquellos tiempos y viajó, sin importarle el destino, sin importarle el tiempo ni las condiciones, no supo qué dirección tomó, con cada tramo recorrido se sentía más aliviada, más fuerte, poco a poco fue recobrando todo eso que perdió, dio vueltas sin más, subió y bajó, hasta que por fin, se instaló en aquella ciudadela rústica, el ambiente le daba todo lo que le faltaba para su nueva vida, la gente del lugar era cálida, necesitaba de eso, su tiempo viajando para poder encontrar el lugar indicado le rindió frutos, estaba segura de que este nuevo lugar le haría bien y así fue.

Pasó varios meses trabajando en la posada donde se hospedaba, haciendo en sus ratos libres trabajos comunitarios, poco a poco fue consiguiendo lo necesario para tener su casa propia y debido al cariño que se había ganado de parte de los pobladores, decidieron ayudarla para que el proceso le fuera más sencillo, al fin había tomado las riendas de su vida, al fin se sentía completa, por fin aquel pensamiento destructivo, aquel mal concepto en el que se tenía desapareció, pues se demostró a ella misma que podía y que era capaz de todo, de lo valiosa que era en realidad... 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 05, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Qué Pasaría Si Después De Todo No He Dejado De Quererte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora