They are type...[El príncipe del sol y La ladrona de la luna]

Emil Solerian

Emil es el tipo de mejor amigo que cuando te ve llorar, te consolaría.

Todo parecía tranquilo en el castillo del sol, el rey emil se encontraba caminando por los jardines, teniendo en sus manos un libro. Estaba tan enfocado en su lectura, que un llanto le interrumpió su silencio.

La cabeza del joven rey se alzo en busca de la propietaria voz de aquella joven. Cerro su libro y comenzó a seguir los sollozos. Al llegar al pequeño lago se encontró a su amiga. Ella se encontraba sentada en el césped teniendo sus piernas en el agua mientras tenía sus manos en su rostro llorando a más no poder.

Emil hizo una mueca.

¿Qué sucedió con ella?

Suspiró profundamente y se acerco lentamente hacia ella. Al estar cerca de ella. ______ notó la presencia del castaño.

-¿estas bien, ______?-preguntó con calma mientras se sentaba, claro sin meter sus pies al lago.

-N-no, no es nada.-murmuró, mientras se tallaba sus ojos.-

-Se que tienes algo, anda dime.-su mano se acerco a la de su amiga y la tuvo encima de ella.- Sabes que puedes confiar en mi.-comentó con una sonrisa leve.

La castaña lo miró a los ojos por un momento para luego cerrarlos y suspirar.

(...)

-Comprendo....-dijo emil después de haber escuchado a su amiga.- se que es difícil...también perdí a mi madre de esa forma...-habló con el hilo de voz en un tono bajo mientras miraba el cielo azul.

Los ojos miel de la chica se abrieron de par en par, no había escuchado esa parte de la muerte de la madre del rey.

El solo cerro los ojos y su cabeza se hecho para atrás para aguantar que las lagrimas no salieran. Pero habían sido en vano.

-se como te sientes...-ahogo un sollozo, mientras se limpiaba un poco.- pero tienes que recordar que siempre tu madre te va amar estés donde estés.

Las manos de ambos se apretaron la mano, mientras la castaña se abalanza a el y abrazarlo con fuerza. Soltando el llanto.

-La extraño....-susurro en un tono roto.-

El rey correspondió el abrazo, y una de sus manos acariciaba su cabello con ternura.

-Lo se....