we meet again.

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¿Como aquello podía estar sucediendo?
Lo que menos se imaginó ocurría, lo que jamás pensó que pasaría.
Aquella linda y simple voz que antes le era poco significativa pasó a ser la que le gustaría escuchar todas las noches antes de dormir y todas las mañanas al despertar, junto con todas las frases amorosas que anhelaba oír provenientes de aquellos dulces labios.
Aquel pequeño cuerpecito paso a ser una escultura que amaría admirar todos los días, y aquella hermosa chica se convirtió en la persona más importante en su vida, la que en un futuro cercano amaría con desespero.

Vio pasar a la en ese entonces pelinaranja a paso lento por en frente de su vista.
Lisa no pudo evitar sonrojarse, y lo único que se limitó a hacer fue dirigirle una leve reverencia, la cual con gusto le fue devuelta.
Según la muchacha de cabellos rubios, Rosé nunca se fijaría en una chica como ella.
Evidentemente no sabía lo que le pasaría en un futuro y menos lo que le tenía preparado el destino.

Lisa sonreía tenuemente debido a la melodiosa risa de su novia, la cual para ella era como una dulce y tranquila serenata.
Deslizó su mano por el pómulo de la castaña, teniendola cada vez más cerca. Rosé dejó escapar una pícara carcajada, para luego sostener el brazo de la otra chica y juntó a ella, comenzar a rodar por aquel peculiar campo.
En ese pequeño lugar no se encontraban cultivados girasoles o lavandas; era un campo repleto de rosas, únicamente rojas.

Sus prendas blancas las hacían resaltar en aquél terreno, tomando en cuenta que no había ningún otro individuo, aparte de las dos tórtolas locamente enamoradas.
Lisa acarició suavemente y con bastante delicadeza la mejilla de Rosé, como si de una muñeca de porcelana se tratase, como si el más sutil toqué pudiera destruirla en mil pedazos.
Seguido de eso bajo sus manos hacia su abdomen, y con sus acogedores brazos envolvió la pequeña cintura de la chica de cabello marrón. Se miraron sincronizada y directamente a los ojos, conectando sus miradas.
Y sin musitar una sola sílaba innecesaria, lograron hacer que se sintiesen como si fuesen una sola persona, complementándose a la perfección.

— ¿Así saldrás? Estás muy desabrigada, y hace mucho frío. No quiero que te enfermes, amor. — expreso la menor con notable preocupación para después dirigirse a paso rápido a buscar unos cuantos complementos para cubrir a su novia.

Agarró un par de gruesos guantes y los deslizó por las blancas y pequeñas manos de la pelimarrón, luego acercó estas a sus helados labios para soplar un poco de aire y después frotarlas entre sí para que no se congelasen. Admiro por un segundo la pulsera de hilo color rojo que permanecía en la muñeca izquierda de su novia, para luego contemplar la que ella llevaba en la suya. Cuando salió de su trance, con una pequeña sonrisa prosiguió rodeando el cuello de su novia con una larga y calientita bufanda, para terminar pasando un gorro por su hermosa cabellera, ocultando parte de esta y protegiéndola del frío.

Al terminar sonrió amplia y orgullosamente y plantó un casto beso en los belfos de la mayor, para a continuación salir en carrera hacia afuera y correr entre la nieve.

Rosé con ánimo siguió su pasó, y con sus manos entrelazadas jugaron entre los pequeños cristales de hielo.

Finalizaron su tarde haciendo angeles de nieve en su ya blanquecino patio, demostrándose todo el amor que se tenían, y disfrutando de el. Sin saber que sería de sus últimos momentos juntas.

♡⃕

Esos y muchos otros recuerdos pasaban por su mente como una estrella fugaz, logrando que inconscientemente más lágrimas escaparan desde sus pequeños y rasgados ojos.
Esos recuerdos siempre estarían presentes en su mente, y especialmente, en su corazón.
Y aunque ella ya no se encontrará a su lado físicamente, seguiría siendo el amor de su vida.
Aquel que se encuentra solo una vez.

Se secó las lágrimas que aún permanecían en sus pómulos, y dejo las rosas junto con una carta.
Sabía que aquel gran ramo que traía exactamente cien rosas rojas le hubiera encantado a su novia, pero lastimosamente ella no se encontraría allí para verlo, ni para leer todo lo que tenía para decirle.
Ahora era un hermoso ángel, y estaba consciente de que estaría a su lado siempre, protegiéndola.
La seguiría amando aún sí eso significase no amar a nadie más.
Por que ni la muerte podría separarlas.

Lisa lo único que necesitaba era verla de nuevo, volver a escuchar su adorable voz, despertar a su lado, poder abrazarla cuanto quiera, robarle todos los besos que quisiera, y decirle mil veces que la amaba.
Aún que sea tan solo una vez más, quería volver a encontrarse con ella.

Miró por última vez en el día aquella tumba, y entre sollozos logro susurrar
«Hoy se cumple un año de tu partida... espero que aún sepas que te amo mucho, Roseanne Park.»
Y con todas las palabras que hubiera amado decirle en ese momento en persona atascadas como un nudo en la garganta, se marchó.

♡⃕

Al salir del cementerio tomo rumbo al supermercado. Tenía que hacer las compras de la semana, las cuales hace casi catorce días no hacía. Lisa pensaba que podría aguantar comiendo cereal y leche de fresa, pero llegó a su límite.
No podía continuar saliendo solo para visitar a su fallecida novia.

Ya en el supermercado agarró agua, pan y todo lo necesario, para luego llevarlo al carrito e ir a pagar.

Cuando volvía a su casa, un recuerdo particular con su novia pasó por su mente tan rápido como un rayo.

"¡Feliz 14 de febrero bebé! — la pelimarrón corrió hacia su novia y dando un brinco saltó hacia los brazos ajenos. O como ella les llamaba «su lugar seguro» — Te amo mucho. — la contraria murmuró en un susurro "Yo más" al mismo tiempo en el que se miraron con una amplia sonrisa llena de amor para posteriormente unir sus belfos en un necesitado beso.

Cuando se separaron buscando aire, Rosé habló.

Te tengo un regalo... — escapó de los brazos de la contraria y fue corriendo hacia su chaqueta para sacar de uno de los bolsillos una cajita. Volvió hacia su novia y lentamente la abrió frente a ella. — Pulseras de hilo rojo. Para que, sin importar que, volvamos a encontrarnos. Y para que siempre recuerdes que no importa en donde me encuentre, nunca dejaré de amarte y siempre estaré a tu lado a pesar de las circunstancias.

Lisa, con lágrimas queriendo escapar de sus ojos, sonrió como nunca lo había hecho, para luego envolver a su novia en sus brazos, esta vez para nunca dejarla escapar. O así le habría gustado que hubiese sido.

Prometo nunca dejar de buscarte —. la primera lágrima logró escapar — Y prometo también, siempre encontrarte. — más lágrimas hicieron aparición bajando por sus pómulos. No se molestaría en detenerlas.

Es una promesa. — y sellaron esta, con un tierno beso, lleno de amor."

Volvió a la realidad al chocar con una muchacha de cabellera rubia.

El choque provocó que sus compras cayeran al suelo, así que por obviedad se agachó para recogerlas, pero unas manos femeninas interrumpieron su acción. Lo que más llamó la atención de Lisa por un momento, fue la pulsera roja que se encontraba en la muñeca izquierda de la desconocida.

Se levantó y recibió agradecidamente las bolsas, pero todo tomo un giro inesperado cuando visualizo bien el rostro de la chica, quién con una dulce y tímida sonrisa se presentó.

— Lo lamentó mucho... Me presento, Soy Park ChaeYoung —.

・゚ೋ❁ೋ ゚・

Aquí el final de este pequeño One shot, espero que haya sido de su agrado, lo escribí con mucho amor 😭
Últimamente la serie Until we meet again es una de mis favoritas, hizo que me inspirara y bueno, surgió esto.

No olviden pasarse por mi perfil, tengo alguna que otra historia de Blackpink y tal vez alguna llame su atención. Muchísimas gracias por leer 🥰

¡Nos leemos luego! 🖤

- ̗̀ until we meet again... ♡ ls + rsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora