Ippo estaba recostado en su cama, no paraba de pensar en cómo derrotar a Sawamura y el anti Dempsey que habían dicho sus amigos. Sus compañeros y entrenador confiaban en su técnica de lucha pero el miedo volvía cuando los videos de Sawamura estaban sobre el DVD.
No paraba de correr junto a su perro, con un peso sobre la cintura, el atardecer iluminaba su rostro sudoroso pero cuando una figura pasó junto a él se quedó congelado.
-No es posible…
Volteó para confirmar y una caballera roja le hacía recordar su combate y lo más importante fue aquél beso en el aeropuerto.
-Al fin te encontré- sonrió aquel con esa cálida voz extranjera que lo volvió loco aquella vez. No estaba seguro de sus sentimientos ya que todo fue tan rápido pero no dudó en acercarse a él y gritar como una colegiala.
-¡Volg! ¡Qué bueno que estas aquí! ¿Hace cuánto que llegaste?
-No hables tan rápido, mi japonés no es tan bueno- contestó Volg sonriendo nervioso mientras tomaba la mano de Ippo.
-Lo siento, es que estoy emocionado en verte… ¿Entonces…?
-Sí, volveré al ring- y se puso en posición de pelea. Ippo se intimidó un poco pero sonrió.
-Me alegra que estés aquí en verdad me emociona tenerte de regreso.
-Gracias Ippo…- Volg vivió junto a su madre hasta el final de sus días, cuando la enfermedad le ganó. Lloraba mucho en las noches frías pero había algo que le carcomía y era el nerviosismo ya que aún recordaba el beso que le dio a Ippo antes de irse- Makunouchi…
-¿Sí?
-Verás… Aquella vez…
-¿Sí?
-No, nada. Me alegra mucho verte, como no encontraba tu casa me quedé dormido en cualquier lugar.
-¿Eh? No, mejor ve a mi casa, te puedes quedar el tiempo que quieras.
-Gracias Makunouchi- la sonrisa de Volg derretía como chocolate a Ippo, por dentro y podía incluso captar el calor en sus mejillas.
Ambos se encaminaron hacia la casa, no hablaron mucho porque se acordaron de algo que bien se arreglaría de una vez pero ¡Maldita timidez!
Hiroko los recibió con una deliciosa comida, deliciosa que incluía mariscos y natto. Lo que hizo que Volg recordara a su madre recién fallecida. No iba a llorar pero ese acontecimiento era nostálgico incluso.
Fueron a dormir y apagaron las luces.
Ippo le ofreció que se quedara en su cuarto a dormir junto a él.
No era muy tarde asi que ambos no cerraron los ojos y se daban la espalda. Muy amigos pero tenían mucha pena y era comprensible.
-Volg…-empezó Ippo con timidez.
-Dime, Makunouchi.
-¿No has olvidado a-aquello verdad?
-No, la verdad no lo he olvidado.
-¿Por qué me besaste?- Ippo se incorporó, lo mismo hizo Volg para poder apreciar aquel rostro extranjero que le hacía sentir diferente.
-Porque me gustas. Creí que no había tiempo para hacer algo mejor y era mi último deseo. Perdóname si ya no quieres ser mi amigo nunca más- los ojos azules del ruso se inundaron de lágrimas, era silencioso con ese tipo de llanto. Sucedió con su madre y ahora con el que le gustaba.
Falló en el boxeo y ahora en el amor.
-Volg, sé que fue repentino pero ese beso me provocó sentimientos confusos, incluso antes cuando te conocí. Creí que eras serio, frío pero conocerte fue lo que mejor me ha pasado que incluso sentía lo mismo.
-¿Sentías?
-Sí pero entiéndeme con mi carrera de boxeador solo pensaba en lo triste que me hizo sentir tu partida. Lloré mucho, muchísimo. Combates pero nunca dejé de pensar en ti. Más ahora que estás aquí.
Alexander Volg Zangief no sabía qué decir.
-Makunouchi, este sentimiento no lo he podido quitar para nada, fue inconsciente de mi parte. Un…
-Bésame otra vez.
El ex boxeador amateur levantó la mirada y se encontró con el rostro sonrojado de su amigo Ippo, acercándose a él mientras su cuerpo temblaba de nerviosismo ya que no había besando a nadie más que a él.
-Makunouchi…- tomó la mejilla de aquél japonés que siempre creyó en él y lo volvió besar como aquella vez. Delicado pero necesitado de ese amor que nunca había experimentado.
-Volg…-gimió Ippo cuando sintió la lengua del pelirrojo con la suya.
No lo pudo resistir y tomó a Ippo de la cintura, acercándolo más a su cuerpo.
Estaba acostumbrado al clima de Rusia y a la calidez de su casa pero cuando tuvo a Ippo en sus brazos, correspondiendo a sus besos era un buen momento para apreciar el calor corporal. Su piel estaba encendido pero quiso explorar metiendo su mano a la camisa de Ippo y comprobar que era tan real como el calor que estaba experimentando.
Sus dedos viajaron por la espalda bien formada de aquel japonés que amaba, e Ippo no se quedaba atrás mientras levantaba su camisa de cuello alto negra. Ver sus pectorales era lo más excitante y hermoso en la intimidad.
Se separaron un momento para mirarse a los ojos. Los azules del ruso se juntaron con las cafés del japonés. Sus ojos brillaban de deseo pero más que eso: Amor puro.
Adoraba ese reencuentro y siempre lo iba a atesorar.
Su cuerpo se movió ante las órdenes de su cerebro: Hazle el amor a Makunouchi. Esas noches solitarias eran testigos de cómo pensaba en Ippo de una forma más personal e íntima que hasta se sonrojaba de tan solo pensarlo.
Jadeaba, sus mejillas estaban rojas y sólo su corazón palpitaba de emoción cuando Ippo le sonrió confiado y deseoso de probar sus labios y el verdadero amor que le profesaba.
Sus camisas estaban en el suelo pero no importaba porque importaba más en tocarse. Sentía cosquillas pero más excitación.
-No sé cómo hacerlo, perdón- se disculpó Volg Zangief mientras puso sus manos en la cintura de Ippo, y este besó su frente.
-Tranquilo yo tampoco sé- sonreía mientras sus manos tocaban las mejillas de aquel que tanto amaba.
No debería apresurarse así que estaba conforme con ser correspondido y ser feliz. Se acostaron ahora abrazados. Pero aquel deseo no se esfumó del todo. Tendrá que pedir ayuda.Continuará…
Hace tiempo que no escribo ya de Hajime no Ippo, pero ahora es momento de escribir ya que ando hypeada otra vez. Esta es la continuación de La despedida de Volg. Así que si no la han leído corran a leerla para que entiendan. Me dieron risa y felicidad los comentarios del anterior fic. Será un two shot porque aún falta que hagan el delicioso y ambos no saben cómo hacerlo así que tendrán que pedir ayuda pero ¿Cómo?
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El reencuentro
FanfictionSegunda parte de El deseo de Volg Zangief. Volg regresa a Japón para regresar al boxeo, por sus guantes y una respuesta / Volg x Ippo Two-Shot / FINALIZADO.