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✧.*ೃWilly's Heart:

Era una mañana tranquila para nuestro chico, todo apuntaba a que sería un buen día, su amigo alado vino a visitarlo como de costumbre, cosa que le causaba una sensación amena, ya que desde hace un tiempo, no entendía porque sentía la necesidad de verle, sus bromas, por más mínimas que fuesen, le arrebataban una sonrisa de sus labios, achinando aún más sus rasgados ojos.

Fargan había sido su compañero más cercano, después de Vegetta, había estado en todo momento para él, en las buenas, en las malas, en tragedias y en tristezas. Le parecía un chico bastante atractivo, carismático, aparte de su naturaleza traviesa, solía tener una peculiar forma de preocuparse por todos, su apariencia le gustaba muchísimo, su piel bronceada, sus cabellos castaños desaliñados, usaba una máscara de búho, que ocultaba gran parte de su rostro, a excepción de su boca, su ropa era de colores otoñales, yendo desde el marrón, hasta lo rojo y el amarillo, su espalda era adornada por unas preciosas alas, cosa que le llamaba aún más su atención.

Hundido en sus pensamientos, no notó cuándo este le llamaba con gritos. ¿Cuánto tiempo había estado sumergido en ese trance? Cuándo volvió en sí, vio a Fargan a escasos centímetros de su rostro, cosa que ocasionó una reacción involuntaria en él, sus mejillas se tiñeron de un sutil color carmín, y tras intentar separarse, tropezó con algo, yéndose de espaldas.

Cerró sus ojos, esperando sentir el golpe, en cambio lo único que sintió, fueron unas manos tomándolo por su cintura y de su muñeca.

─Willy.. ¿Estás bien?

Preguntó curioso el mayor, mientras ladeaba su cabeza, demostrando curiosidad, él no tenía ni la más mínima idea de lo que causaba en el pobre chico de ojos verdes.

Willy por su parte, asintió torpemente con un suave movimiento de cabeza, esa escena sólo le agitaba el corazón. Una cosa si tenía en claro a partir de lo que acababa de suceder y sobre lo que sentía estando con él contrario; estaba enamorado de Fargan.

Sin embargo, sabía que tal vez, este no le veía de esa forma, porque a pesar de que bromeaban con esos coqueteos, Fargan siempre marcó un límite y muy pocas veces hablaba de sus sentimientos. No sabía siquiera si al castaño le gustaba alguien, aunque si era honesto consigo mismo, le asustaba saber, no sería capaz de soportar la respuesta, si Fargan le decía que si lo estaba y no era de él.

─Estoy bien, compañero, gracias.

Musitó Willy, mientras esbozaba una leve sonrisa y se separaba del más alto, no quería incomodarlo, tampoco buscaba causarle molestias, pero, su amigo y hermano oscuro, sabía que le mentía, lo conocía perfectamente y esa reacción no era muy propia de él. Aunque decidió sólo dejarlo tranquilo y no indagar en el tema.

Las horas pasaron, ambos chicos optaron por estar haciendo cosas juntos ese día, como era habitual en ellos, para cualquier persona, esa rutina quizás era monótona y aburrida, pero para ellos no lo era, cada día era especial, porque aunque Willy no supiera, y no lo notara, Fargan le amaba muy secretamente.

Ese día, sin que ninguno de los dos se diese cuenta, se dirigieron miradas, Willy veía a Fargan de reojo, mientras pescaban, sonriendo bobamente, y cuándo este se distraía tras pescar algo, Fargan le veía con una mirada sincera, llena del más puro cariño que pueda existir.

Él castaño no era muy fanático del día, se sentía mejor cuándo la noche caía, su mirada era mejor, y solía estar más alerta, por lo que, para ambos, estar afuera incluso cayendo el alba, no era un problema. Pasaron toda la tarde junto a un lado, el atardecer había sido testigo de esas miradas, de esas sonrisas, ese cálido atardecer, junto con esos agradables rayos de sol, eran los únicos testigos de lo que esos corazones se callaban.

Una vez cubierto por el manto nocturno, notaron las primeras estrellas adornar el cielo, era una noche estrellada, la luna brillaba, haciendo una luz natural completamente amena para ambos, podían escuchar la brisa sacudir la copa de los árboles, veían sus reflejos de vez en cuándo en dicho lago.

Hubo un momento dónde ninguno dijo nada, viéndose envueltos en un silencio completamente cómodo, las palabras no hacían falta si se tenían.

─Fargan.. ¿Tú corazón late por alguien?

Preguntó el ojiverde, sin dejar de ver hacía enfrente, mientras sostenía la caña entre sus manos.

El castaño se sorprendió por tan repentina pregunta, volteó a ver de reojo a su compañero y sonrió para si mismo, casi inconsciente. Luego suspiró volviendo su mirar al lago.

─Si Willy.. Mi corazón late por alguien.
¿Tu corazón también lo hace?

Preguntó con curiosidad, era la primera vez que ambos estaban tan tranquilos, Willy podía jurar que la voz relajada de Fargan, le hacía vibrar sus emociones. Al notar lo distraído que estaba el mayor, él también le dedicó una mirada cariñosa y con una tierna sonrisa, respondió.

─Lo hace, mi corazón late desesperado cada vez que estoy a su lado, justo ahora, tal vez, y digo tal vez, mi corazón esté latiendo en sincronía con el de él.

Llevó su mano a su pecho, mientras se aferraba a su camiseta, cosa que Fargan notó, y con una sonrisa enternecido, suspiró.

─Tal vez si lo hace.

Ninguno se atrevía a decirse mutuamente lo que sus corazones querían gritarse, sin embargo, la inquietud que alguna vez pudieron llegar a sentir, se había ido, como si algo se la hubiese llevado.

Ahí donde guardaban silencio, nacía una esperanza para su amor.

Pero no todo era siempre de color rosa. Una persona yacía viendo esa escena en silencio, sentía su corazón oprimirse del dolor, dónde dos eran felices, siempre habría un tercero herido, y ese alguien era un chico de ojos morados, que sin querer iba pasando por ahí, y no pudo evitar detenerse al ver al chico que por tantos años había amado, con alguien más.

Esas miradas que alguna vez le dedicó, eran para alguien más, y no lo culpaba, después de todo, había sido él, el culpable de que Willy se fuera. Prefirió cuidar su imagen, que a cuidar los sentimientos de su mejor amigo, y ahora, lo había perdido.

Si bien seguían siendo amigos, ya casi no pasaban tiempo juntos, las reuniones juntos eran mínimas y cortas de tiempo, Willy ya no le sonreía como antes, y su mirada sólo era una amistosa, ya no reflejaba ese cariño por él, que alguna vez le demostró.

─Creo que ahora, el tontito soy yo..

Murmuró el pelinegro, para si mismo, mientras sonreía con labios temblorosos, en el fondo se sentía feliz de ver que su mejor amigo ahora tenía a alguien más, sin embargo, también le desmoronaba el hecho de pensar, que fue por orgullo que lo perdió y que ya no había marcha atrás.

Muchas veces intentó recuperarlo, pero siempre recibía la misma respuesta por parte de aquél peliblanco, marcó de una forma increíble, una barrera de amistad, que ya no podía romper ni traspasar. Claro que se respetaban mutuamente, se cuidaban y protegían, se procuraban y se querían, pero el corazón de Willy se le había ido de las manos, para ya no volver.

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│✦        16 . 02. 20 ❞ │   ╴ ❄️

〘❄️─没有; |  Chicos, este fanfic va a ser corto, de unas cuatro o cinco páginas, cómo máximo, narrados por el corazón de Willy, de Vegetta y Rubius. Espero sea de su agrado y me apoyen muchísimo.♡

El arte de la portada le pertenece a @All_of_Saku 🖤

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