*Mariscal de campo*

*Cap 8*

 Caminamos hasta mi casa, olvidé mis llaves  a si que no quedo otra que tocar el timbre, ¿Y que mejor que contesten tus dos padres cuando estas con un chico?

 − Buenos días-Dijo mi papá tratando de sonar serio

− Hola, ¿Qué tal?-Dijo mi mamá- Este es el chico de la librería-Le dijo a mi papá en susurros

− Bueno, mamá, papá, el es Taylor un buen amigo que me hice hoy-Dije avergonzada

− Un gusto-Dijo Taylor, algo avergonzado también y estrecho la mano de mi papá.

− Un gusto muchacho

− Un gusto- Le dijo a mi mama y beso su mano

− Oh, eres un chico encantador, deberías considerarlo Hannah-Dijo mi mamá guiñándome el ojo

− Ya mamá

− ¿Quieres pasar?-Le ofreció mi papá

− La verdad, es que no quiero molestar- Dijo Taylor

− No molestas-Dijo mi papá

− Esta bien

− ¿A todas las mujeres que conoces le besas la mano Taylor?-Dijo mi mamá cuando ya estábamos sentados en la mesa

− Creo que si, digo es algo respetuoso ¿verdad?

− Yo diría que si

− ¿Te gusta la pasta muchacho?-Le dijo mi papá

− Si me gusta pero de verdad no quiero molestar

− ¿Tus padres te esperan?

− Si, digo no, mis papas están volviendo de sus vacaciones, llegan mañana

− Entonces, come aquí, de verdad que no molestas-Le dije

 Mis padres le hicieron todas las preguntas que quisieron a Taylor y el se comporto muy bien, creo que les cayó muy bien.

− Estoy realmente lleno, que buena comida señor

− Gracias, me gusta cocinar a veces

− Por favor Taylor, ven más seguido a visitarnos-Dijo mi mamá 

− Será un gusto para mi, gracias por recibirme, les debo una comida

− Mejor se la debes a mi hija- Le dijo mi papá, y me puse roja

− Papá, Taylor no vino a que le consiguieras citas

− Jajaja, no, esta bien, te la debo Hannah

 Finamente despedimos a Taylor y cerré la puerta quedando recostada en ella.

− ¡¿Qué fue eso?!-Dije algo enojada

− ¿Eso que?-Dijo mi mamá

− ¿Cómo se les ocurre invitarlo a comer en el primer día de escuela? El chico va a pensar que estoy loca por el, además me consiguen una cita

− Si estas loca por el-Dijo mi padre

− Claro que no, que vergüenza

− Y tú que decías que nunca más lo ibas a ver, ahí lo tienes y creo que le gustas

− Dejen de decir tonterías, estoy muy avergonzada

 Corrí hasta mi cuarto y me recosté en lo único que había en ella, mi cama y de a poco me quede dormida