ocho

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Miro hacia el techo sin ningún motivo alguno, solo el hecho de que me siento tranquilo. Se que tengo que levantarme en breve, ya que Hana vendrá a casa de nuevo. Ella quedó en ayudarme con lo que me había dicho mi psicólogo, ella de verdad se tomaba muy enserio el seguir al pie de la letra todo.

En esta ocasión tocaba hablar sobre mis miedos, hablar hasta que sienta que he vaciado todo lo negativo de mi cuerpo.

El timbre de mi departamento suena, sé que es ella, pues tiene una manera peculiar de tocar el timbre, toca dos veces seguidas y después se detiene para seguir tocando de nuevo. Es una manera de ella hacerme saber que ha llegado.

Me levanto con tranquilidad y me dirijo hacia la puerta, cuando abro, ella se sorprende un poco al verse descubierta apunto de tocar de nuevo.

─Te has levantado temprano ─ dice mientras entra.

─Hoy sentí que dormí bien, así que me siento relajado ─

─Eso es muy bueno, traje el desayuno ─ me dice mientras levanta una bolsa blanca donde viene una pequeña caja con diferentes cosas dentro.

Hana deja la bolsa en la mesa y saca las cosas de dentro, es una pequeña caja con diferentes donas de colores y sabores, además de sacar después dos botellas de batidos, uno color amarillo y otro color rosa.

Y mientras me siento en una de las sillas, ella hace lo mismo para empezar a comer. Hablamos un poco antes de entrar a una conversación que me hace recordar varias cosas.

─ ¿Sabes? Cuando venía hacia acá, pase por el lugar donde nos conocimos, ¿lo recuerdas? ─

─ ¿Cómo no recordarlo? ─ asiento.

─Fue la primera vez que sentí miedo de verdad, pensé que era valiente y que nada me sorprendería, pero cuando te vi a nada de saltar al vacío... sentí como mi corazón quería saltar de mi pecho, realmente me asuste ─

─Lamento eso ─ digo algo avergonzado, y pensar que, en vez de solo irme sin molestar a nadie, solo cause problemas a Hana.

─No pasa nada, porque gracias a eso nos conocimos, tal vez si no fuera porque tenía que hacer algo ese día, tú no estarías aquí... yo no estaría aquí ─ Hana se pone realmente seria, tanto que ha dejado las donas a un lado y me mira con sus ojos fruncidos─. Es tu turno de decir cuáles son tus miedos ─

Trago la comida que está en mi boca y solo guardo silencio por un tiempo más, hablar de mis miedos no es fácil, pues cada uno de ellos me ha atormentado en toda mi vida y recordarlos es volver a pasar por ello. Pero tenía que hablar, nunca se los había contado a nadie, al menos no mi verdadero miedo.

Había llegado a una conclusión yo solo, sabia cual era ese miedo que causaba todo esto, sabía cuál era el detonante.

─Tengo miedo a estar solo ─ digo mientras bajo la mirada al suelo, puedo ver algunas pelusas en la alfombra─. Tal vez sea a causa de que no crecí con unos padres como los demás niños, y que la única persona que consideraba como una madre, murió cuando era pequeño. Puede ser por eso ─ termino diciendo, no me atrevo a levantar la mirada, tal vez Hana se burlaría al escuchar que no era tan grave como pensaba.

Ella toma mis manos, levanto mi cabeza y mis ojos los poso en los de ella, sus ojos brillando con intensidad.

─Yo estoy aquí, no estas solo. Y si fuera el caso en que yo dejara de venir o que me pasara algo, recuerda esto. Ambos estaremos conectados sin importar nada, aunque estemos lejos veremos el mismo cielo y eso nadie lo puede cambiar ─ puedo ver solo sinceridad en su mirada, no puedo refutar a lo que ha dicho─. Además, pronto encontraras buenos amigos que te ayudarán a salir de esto, unos que siempre estarán para ti ─

─ ¿Cómo sabes eso? ─ pregunto extrañado, pues parece muy segura.

─Solo lo sé ─ sonríe de lado mientras suelta mis manos para seguir comiendo donas.

Ella era extraña, pero de una manera muy tierna. Aunque sus palabras más de una vez me dejaban pensando. Ojalá que sus labios fueron de profeta.

Summer Days ༻   J.HoseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora