-¡Hey Sr Paladines... despierte! ... !Deje de estar babeando y atienda a la clase, Carajo ! - Grito el Licenciado Pazmiño, con su voz ronca y flemática, mientras que con su mano derecha amenazaba mi humanidad con su viejo marcador negro.El licenciado pazmiño era el típico profesor gordinflón pequeño y conservador, un grosero, pero todo un pillo con las nuevas maestras de primaria, divorciado y un poco arto de trabajar en la misma escuela por más de 20 años, con un olor a tabaco antiguo y ropa guardada que al pasar a tu lado.....te repartía esas pocas ganas por vivir la vida.
Tenia un bigote negro ya un poco canoso, pero muy poblado, que lo hacían acreedor al acertado apodo de "Mario bross"; su cabeza ya estaba casi calva y sus sutiles cabellos se asomaban sobre sus orejas como unos pequeños arbustos, sus lentes gruesos de piloto y una panza cervecera típica ya de las personas de su edad, era de esos profesores que vez y dices... ¡Dios nunca quisiera ser maestro! ... y ¡si! .....me había quedado viendo una vez mas a mi hermosa y amada Sofía.
-Disculpe Licenciado Pazmiño es ...esta
..estaba - tartamudie tratando de buscar una escusa válida para evitar la risa burlona de mis compañeros, cuando de repente el viejo pazmiño me interrumpió y dijo con la voz más quisquillosa y sarcástica posible :- ¡Srta Hidalgo por favor regalele una foto al Sr. Pazmiño ....que ya le va a gastar la cara de tanto que la mira!
Al instante un coro de risas complementaron sus palabras;
No pude hacer otra cosa que agachar la mirada y tapar mi vergüenza, aquel comentario fue un golpe bajo, senti que un frio intenso recorrió mi cuerpo de inmediato, como si callera al vacío en un pozo oscuro y profundo, quería salir corriendo y gritar desesperado, al instante respire y mire al pizarrón para disimular que me interesaba la clase y pensé con una rabia interna que me carcomia:
-¿Por qué el viejo tenía que exponerme así ante mis compañeros? y peor ante Sofía, ¡ahora va a pensar que soy un enfermo!, por eso nadie lo quiere al Mario Bross, se cree muy listo pero si se viera al espejo, se daría cuenta porque lo dejo su mujer.Al acabar el día de escuela, Sofía se fue muy rápido, como de costumbre, bajo las escaleras y se fue sola por una pequeña avenida, sus grandes rizos negros se alejaban en un vaivén al compás de su caminata con el viento, la miré hasta que se esfumó por el horizonte , una vez más se fue y no hable con ella.
-Joaquín, Joaquín cuando aprenderás a ser hombre y hablarle, quizás, solo tendras que conformarte con verla en tus fantasías tan mágicas e irreales como el color violeta.