Capítulo Único

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—¿Qué tal por ahí? —preguntó rebuscando.

—Aún nada —respondió la más joven—. ¿Cómo dijiste que era ese libro?

—Bueno, tiene un pastel en la portada, es verde y-.

—¡Kya! —la adulta escuchó un fuerte ruido detrás de ella.

Al darse la vuelta para ver lo que había sucedido, vio el estante de libros caído frente a la joven de cabellos castaños, quien se acariciaba la cabeza con una mueca de dolor. Varios libros estaban esparcidos por el suelo.

—¡Samiye! ¡¿Estás bien?!

—Sí, Kaa-san, solo me he resbalando con algo... —la mayor ayudó a Samiye a levantarse—. Siento haber hecho este desastre.

La castaña agarró entonces el pequeño prendedor, en forma de mariposa rosada, que se le había desprendido en la caída. Rehízo rápidamente las dos pequeñas trenzas a los lados de su rostro y las ató una vez más detrás de su cabeza, usando el prendedor y dejando parte de su melena suelta.

—No te preocupes por eso. Ordenaremos esto juntas.

Fue entonces cuando la joven de ojos azul celestes vio de reojo un libro medio abierto con varias imágenes coloridas.

—No será esto... —murmuró recogiendo el escrito—. ¡Ah, Kaa-san! ¿Es este el libro que estabas buscando?

—¿Eh? —la pelirrosa, quien terminaba de colocar bien el mueble, se acercó.

Agarró el libro con delicadeza y empezó a ojearlo mientras le quitaba el polvo a algunas carillas. Cada vez que pasaba una página, su sonrisa incrementaba.

—¡Sí, este es! Explica cómo hacer el pastel favorito de Shinobu-chan.

—¡Por fin! —dijo la castaña alegre—. Después de pasar tanto tiempo en el sótano me alegra poder salir pronto... Espera, ¿cuánto tiempo llevamos aquí?

Samiye sacó su teléfono móvil del bolsillo. Lo encendió, mostrando una imagen de tres personas como fondo de bloqueo, pero eso poco le importaba en aquel momento.

«16:17
Lunes, 24 de febrero»

Eso fue lo que leyó en la esquina inferior de la pantalla. Se quedó estática un momento y luego se dirigió a la de ojos verdes velozmente.

—¡Son ya pasadas las cuatro y cuarto! —exclamó mostrándole el aparato—. ¡Oka-san llegará en menos de dos horas!

—¡¿Eh?!

—¡Rápido, ve a la cocina a preparar el pastel! —clamó Samiye recogiendo los libros caídos con rapidez—. Yo ordenaré esto.

—Está bien, lo dejo en tus manos —respondió la adulta bajando las escaleras.

Había varios escritos por el suelo, pero la castaña no tardó tanto como pensó en recogerlos y ordenarlos. Cuando iba a acomodar el último, sin importarle mucho el contenido, vio un trozo de papel deslizarse de una de las páginas de la libreta entre sus manos. 

Despreocupada, recogió la nota y casi sin pensarlo la leyó. Se sorprendió al ver que era un pequeño texto —o más bien una lista— escrito con cierto descuido. No pudo evitar reír al leerlo.

—¿De qué año es esto? —pensó en voz alta, sabiendo que no hallaría respuesta.

Sin embargo, ese pensamiento se fue al ver la fecha escrita en la otra cara del papel. Abrió los ojos como platos.

—¡¿Eh?! ¡Esto es de antes de que me adoptaran! —exclamó—. ¡Espera, ni siquiera había nacido en esta fecha!

Aún sorprendida, dirigió su azulada mirada al libro del que cayó la nota. Al analizar la portada y hojearlo ligeramente, entendió el contexto y de qué se trataba. Entonces dejó escapar una sonrisa pícara.

Cartas del Pasado [Kimetsu no Yaiba]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora