"Tenía la Universidad, amigos, pareja, y ahora un nuevo trabajo. Lo que Taehyung no se esperaba era conocer al chico tsunami, de nombre Jungkook, quien pondría en peligro más de un corazón"
Aclaraciones:
- AU de estilo dorama
- Incluye texto escrito...
"Ring, ring, ring, ring" otra vez ese ruido tan molesto —¡¡¡Puedes hacer el puto favor de apagar el maldito despertador Taehyung!!! Lleva sonando 15 minutos ya y son las 7 de la mañana —los golpes en la pared se estaban haciendo más insistentes por momentos.
Con el movimiento más rápido posible con mi cuerpo y músculos aún dormidos, conseguí parar el despertador. Esa mañana no tenía que ir a ningún lado, esa primera semana habíamos acordado que iría solo por la tarde a trabajar, ya que los exámenes los tenía a primera hora de la mañana.
Pero justamente por eso, me había decidido a aprovechar toda la mañana libre para estudiar. Solo me quedaba un último empujón y ya habría terminado. Solo unos días más.
Me desperecé y me quedé sentado en el lateral de mi cama durante... ¿5 minutos? Puede que algunos más, perdí la noción del tiempo.
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Haberme levantado tan temprano cuando no estaba acostumbrado a madrugar y además ponerme a estudiar esa materia tan densa, no había sido una decisión muy sabia por mi parte, ya que solo eran las 12.30h del mediodía y tenía sueño. Comí temprano y decidí estirarme un pequeño rato, nada, 20 minutitos, antes de tener que prepararme para ir al trabajo.
La cama era tan cómoda y confortable. Nada, solo iba a cerrar los ojos un rato cortito. Total, había puesto la alarma del móvil... ¿verdad?
Unos golpes en la puerta me pusieron en leve alerta —Taehyung... TAEHYUNG, ¿no empezabas el curro a las 15h? —era la voz de Jimin algo alterada —Te quedan 40 minutos para entrar.
Abrí medio ojo y de golpe mi cerebro hizo conexión y fui consciente de la situación. Llegaba tarde mi primer día de trabajo.
Rebusqué en el armario unos bóxers limpios, recogí la toalla del suelo y corriendo, me dirigí al cuarto de baño. Agua fría para despejar y en 10 minutos ya me estaba cambiando de ropa.
El uniforme era básico: vaqueros, camiseta negra con el logo en rojo de la empresa y deportivas también negras. Eso sí, le iba a poner mi toque: en vez de un cinturón, una corbata de estampado rojo adornaría mi pequeña cintura.
—¿Te habías quedado dormido de la siesta? —preguntó el rubio divertido desde la cocina mientras me dirigía corriendo a la puerta principal.
—No sé por qué preguntas si ya sabes la respuesta —burlón le respondí —Empiezo a trabajar en 15 minutos y tengo 20 caminando hasta llegar a la tienda —dije de manera atropellada con la mano en el pomo de la puerta —Si no te importa, tengo que irme Minnie—y ya dándole la espalda a mi amigo abriendo la puerta.
—Sí, sí, corre ves, ya hablamos luego —dijo con la boca medio llena de su comida, saludando con el tenedor.
Despidiéndome de un cabeceo, salí corriendo de casa. Era cierto que hasta la tienda tenía 20 minutos si iba caminando, pero estaba claro que no iba a hacer eso.
