llegada.

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Me pongo a pensar... si me quedo tendré muchas más posibilidades de vivir y aprenderé a sobrevivir, además no tengo ni la menor idea de cómo matar caminantes. Así que me quedare acá.

-Acepto.- le digo a Juan decidida a intentarlo.

-Me parece perfecto- contesta el con una gran sonrisa- Daniel asígnale un cuarto a Mia y luego dale un recorrido por el lugar.

Daniel asiente y me hace una seña para salir de la habitación, me despido de Juan dando le las gracias y salgo.

Daniel me lleva hasta el establo, este es demasiado grande y no está pintado, se ve muy descuidado, pero en el momento en el que abre la puerta quedo sorprendida de lo que veo ante mis ojos.

Todo el lugar parece un hotel de lujo, las paredes son de color blanco y la gente se mueve libre mente por donde quiere, todos llevan armas, arcos, pistolas, dagas y cuchillos, estoy muy impresionada, nunca pensé que un lugar que se viera tan mal podría ser así.

-¿Sorprendida? – pregunta Daniel con tono de diversión.

-S-si, como esto es tan….- de repente Daniel me calla dejando mi frase a medias.

-y eso que no has visto nada, luego te explico –dice guiándome hacia un ascensor.

En el puedo ver que están los números hasta el 140, el oprime el número 118 y retrocede un poco para hablarme.

-Veras, el gobierno tuvo la gran idea de hacer un refugio para alguna emergencia, este tenía que tener todos los implementos necesarios para cualquier cosa y además pasar completamente desapercibido para que ninguna persona sospeche.- dice tranquilamente.

-¿y… que tipo de cosas hay acá?-pregunto con timidez

-Mira del número 2 al 5 son armerías, todas las armas que tú quieras están ahí a tu disposición, desde las más grandes a las más chiquitas, del 5 al 20 son campos de entrenamiento, como este refugio está diseñado para aproximadamente unas 5.000 personas es muy difícil poner a todos los que estén interesados a contribuir en el mismo campo, entonces se diseñaron 15 para mayor comodidad, el 16 y 17 son lugares donde se fabrican armas, en 18, 19 y 20 son laboratorios y el resto son las habiraciones.-terminando de decir esto se abre la puerta del ascensor dejando ver un pasillo gigante con muchísimas puertas, las paredes son blancas al igual que las puertas, cada una tiene un número.

-Mia ven por acá-me dice y luego susurra- habitación 28… 28… ¡Ahí esta!- Grita haciendo que salte del susto y me tropiece para al final caerme encima de él, siento que la vergüenza invade todo mi cuerpo haciendo que me ponga roja.

-L-lo siento- digo muy apenada y levantándome de el suelo

-Tranquila, no ha pasado nada, perdóname tu a mí por asustarte- dice mientras le tiendo mi mano para ayudarlo a levantarse.

Él sonríe en forma de agradecimiento y abre la puerta, no es una habitación muy grande pero es bonita, tiene una cama, un armario, baño y una mesita en la cual hay un botiquín de primeros auxilios y un boqui toqui.

Al entrar me doy cuenta que al otro lado de la habitación hay otra cama, así que sospecho que debo de compartir habitación con alguien.

-Mia, te daré este reloj, te necesito a las 3.00 en el piso número 13 para presentarte a tu entrenador y a tu equipo, no llegues tarde- me dice y me sonríe coquetamente—Adiós.

-Espera!- le digo haciendo que se voltee- solo quería darte las gracias por salvarme, si no hubieras aparecido estaría muerta.

-Tranquila, no es nada- dicho esto sale de mi habitación y cierra la puerta.

Me recuesto en la cama, y empiezo a pensar en mis padres, mi hermana y mi mejor amiga, ellos ya no están, estoy sola, es como si me hubiera quedado vacía a no tener a nadie, de repente comienzan a salir lágrimas de mis ojos, no vale vivir en este mundo sin ellos, pero aún tengo una misión y es encontrar a Alicia este viva o muerta, de repente cierro los ojos y me dejo consumir por un profundo sueño.

Despues de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora